Archivo de Autor

Conference Games

… Y en el hotel, después de coger las habitaciones e ir hasta la tienda mas cercana para comer un poco, decidimos calentarnos. No lo entendais mal, no calentarnos en sentido sexual o en sentido agresivo. Es todavía 9 de Enero y os puedo asegurar que, si incluso en España puede estar nevando sobre esas fechas, en el norte de Estados Unidos, y, sobre todo en la Costa Este, la nieve no ha hecho más que empezar. Así que cuando me refiero a calentarnos…

… me refiero a un poquito de Jacuzzi. Es el primer hotel de todos en los que hemos estado hasta este momento en el cual hay jacuzzi, piscina, y demás, así que aprovechamos y hacemos una pequeña reunión de equipo improvisada. Hablamos sobre el partido de McGill, sobre los errores que hemos cometido y lo que podemos hacer para enmendarlos. No todo se arregla hablando, eso está claro, pero al menos todos tenemos un poco de predisposición hacia hablar y asumir nuestros errores. Además, algunos de nosotros se han dado algún golpe o tienen una pequeña lesión (como mi dedo) y es un buen momento para descansar.

En el hotel está alojado, además, el equipo de baloncesto femenino. Aunque no vinieron a Canadá con nostros, ellas también abren los partidos de conferencia jugando en Suny Canton. Así que nos vamos todos a la cama, hora límite 11:30 para estar todos en las habitaciones, y a dormir.

Al día siguiente nos levantamos a eso de las 8, y tenemos tiempo para comer algo y desayunar tranquilamente. Nuestro partido empieza a las 2, y, aunque las chicas juegan antes, no vamos a ir a verlo entero porque sería una perdida de tiempo; demasiado madrugar. Por lo que, tranquilamente, nos vamos a desayunar a la gasolinera/cafeteria/subway/dunkin’ donuts (un área de descanso española, vamos), intentando que no sea mucho o mucha comida basura, para estar preparados para el partido.

Por supuesto, nos da tiempo a hacer un poco el estupido y echarnos un par de fotillas. La novedad en esta foto era la máscara que me había comprado, que causó sensación. En un ambiente tan gélido como el noreste de Estados Unidos hay que estar siempre protegido, y tener esa especie de máscara com sombrerito incorporado, y que se pueda abrochar y desabrochar con la cremallera, en vez de tener que quitártela entera, pues no esta mal. Y afortunado de mi, cogí la última que quedaba en la tienda.

Pero volvamos a lo que importa, que son los partidos. Con tiempo para bajar la comida (tenía el embalaje del Dunkin’ Donuts, pero juro que era algo sano… Que desayunos buenos hacen en todos los sitios), a eso de las 12 nos dirigimos al partido. Es prontito, porque las chicas van a estar jugando antes, pero así las vemos un poco y de paso aprovechamos para visitar al fisio y vendarnos, todos aquellos que lo necesitemos.

La Universidad de Suny at Canton no tiene un pabellón propio, ya que el nuevo está en construcción (no se para cuando lo tendrán terminado, no llego a tanto), así que disputan sus partidos en la Universidad de Clarkson, una uni perteneciente a la tercera división de la NCAA, por lo que sus instalaciones no son del todo malas (de hecho, nuestra sala de fisioterapia parece un armario si la comparamos con la suya). El pabellón, eso si, tampoco es nada del otro mundo.

Cuando llegamos las chicas ya están jugando, y no van nada mal. Van arriba, y, a medida que el partdo avanza, se mantienen a una distancia prudencial. Al final, entre que nos cambiamos y estiramos y calentamos un poco por fuera de la pista, el partido termina con victoria de las nuestras, por 68 a 56. Nosotros esperamos también empezar con buen pie.

Las chicas en plena acción.

Nuestro partido empieza finalmente, y los primeros compases son bastante lentos y duros. Mucho contacto y pocas faltas, y un juego un poco feucho, todo sea dicho. Primeras ventajas de 8 puntos más o menos, que más tarde bajan y acaban oscilando entre los 3 y los 10. Una pequeña racha ofensiva al final de la primera tarde nos lleva al descanso 14 arriba, 35-21. Y, a partir de ahí, y tras la charla en el descanso, salimos más relajados y los reservas juegan bastante tiempo. El tanteo de la segunda parte es de 39-38 a nuestro favor, por lo que acabamos el partido 74-59, con 15 puntos de ventaja.  La media de minutos de los titulares es de 26, y el partido ha estado bajo control todo el rato. Es una buena manera de empezar los partidos de conferencia, sin duda. Como nota negativa el 50% de tiros libres (empezando por mi horrible 2-5), que nos acompañará toda la temporada. Aquí la crónica (en inglés, de nuevo):

«On Monday afternoon, UMFK (10-5, 1-0 SC) jumped out to an early lead and built a 35-21 advantage at the break. Kevin Loiselle (Montreal, Canada) led all scorers with 25 points and grabbed 12 boards in the win. Junior captain Manny Odugbela (Providence, RI) added 11 points and four assists while Pablo Llamas (So., Leon, Spain) put in a nice all around game with nine points, four dimes and two blocks.

UMFK had 16 assists to just 13 turnovers and while their defense turned in eight blocks and ten steals while holding the host Roos (1-7, 0-1 SC) to just 33% shooting. «

La vuelta a casa resulta sin incidentes, excepto algún alce que otro en el medio del camino (de los cuales nos salva la conducción hábil de nuestro entrenador), y a dormir. Nos espera una semana de entrenamiento bastante relajada, ya que todavía no empieza el segundo semestre hasta el próximo lunes.  El sábado jugamos contra Vermont Technical College, que de momento está imbatido, y, al día siguiente, el domingo, contra el otro equipo de nuestra conferencia que está en el estado de Vermont, the College of Saint Joseph.

VERMONT

Tras una semanita tranquila, el viernes de mañana nos vamos prontito para Vermont. El plan es parar por el camino en un Centro Comercial durante un par de horas, para los que queremos hacer compras y aprovechar nuestro viaje para ver un Centro Comercial de los grandes, ya que no hay nada por aquí cerca (el más grande está en Presque Isle y no es ni siquiera un Centro Comercial de verdad). Así que gambiteamos un poco por el Mall, comemos algo de comida basura (para variar), y, tras un par de horas, volvemos al bus en dirección al hotel. El viaje en total dura unas 7 horas, pero ya estoy practicamente acostumbrado a este tipo de viajes. Es realmente increible que aquí se haga en un día, y, en algunos casos, ida y vuelta, un viaje que en España podría llevarte desde León hasta Jaén, por ejemplo. De verdad es de locos como las costumbres y las «medidas» cambian cuando las distancias se incrementan.

Así que llegamos a Vermont y tras dejar las cosas en el hotel, el coach nos dice que el va a ir ahora a VTC para verles jugar, ya que tienen un partido contra Presque Isle. Emiliano Kevin y yo decidimos ir con el para ver a nuestros próximos oponentes: no en vano tienen en su equipo a los dos líderes en anotación de la conferencia y prácticamente de la división, y nunca está de más hacer un poco de scouting previo. La uni está a unos 30 minutos del hotel, pero está nevando en cantidades ingentes, así que nos lleva un poco más de tiempo. Ver el partido va a ser de doble ayuda, ya que no solo vemos a Vermont, también vemos por primera vez en la temporada a nuestra máxima rivalidad Estatal, University of Maine at Presque Isle.

Aunque ahora nos vamos a centrar mejor en Vermont Tech, nuestro rival para mañana.

Imbatidos por el momento, como ya apunté tienen en sus filas a dos de los mejores anotadores de la conferencia y de la división. Los susodichos son Nick Simpson (en el medio, con el balón) y Kevin Carr, en la fila de abajo a la derecha del todo. Ambos son escoltas, siendo Simpson quizás un poco más alero aunque algo bajo para la posición. El chico que está entre ellos dos es Alex Tyrell, el base titular. En ellos tres se basa practicamente todo el peso ofensivo.

Mientras les vemos jugar, llegamos a algunas conclusiones bastante claras: Simpson es un buen tirador de media distancia, y puede meter algún triple aunque no es su especialidad. Le gusta tirar tras bote, y no es un mal anotador. Pero en lo que destaca es en su discriminación del rebote y salida al contraataque, de donde vienen la mitad de sus puntos, más o menos, en bandejas practicamente solo. Carr, en cambio, es un anotador mucho más autosuficiente. Tirador con una facilidad pasmosa, abusa del triple un poco, pero también puede penetrar y dejar bandejas con ambas manos, ayudándose de su atleticismo; si bien es bajo, tiene un buen cuerpo y buenas piernas. En cuanto a Tyrell, es un base de calidad. Seguro, busca la asistencia en primer lugar, aunque puede anotar. Me gusta lo que veo, buenos jugadores.

Como era de esperar, arrasan a Presque Isle 117 – 70, con 25 puntos de Kevin Carr y 33 de Simpson. Termina el partido y nos volvemos al hotel, comemos algo, y nos disponemos a descansar para el partido de mañana, no sin antes compartir algunas opiniones sobre el equipo. Todos pensamos que va a ser un partido ajustado (aunque probablemente bonito), y el tiempo nos dará la razón.

De nuevo con tiempo, ya que jugamos a las 3, nos levantamos y desayunamos algo, a las 10. Luego tenemos tiempo libre hasta la 1, hora a la que salimos hacia VTC. Llegamos a la 1 y algo, y nos prepramos con tiempo. Calentamos, fisio… la rutina de siempre. Luego charla, y a jugar.

Empezamos con un buen parcial poniéndonos 12 – 4 arriba, y ellos piden un tiempo muerto. Parece que pinta bien, pero pronto la ventaja se reduce, y, a medida que se acerca el final de la primera parte, llegamos a ir 10 abajo. Un par de buenas acciones, en defensa y en ataque, hacen que remontemos en los ultimos instantes, y el partido se va al descanso con un esperanzador, aunque insuficiente, 43 – 39. Vamos al vestuario para nada hundidos, porque, aún estando 4 abajo la sensación es buena. Solo tenemos que arreglar unas cuantas cosas, un poco de pick & roll, bajar rápido tras un tiro para ajustar con Simpson, que, para variar, nos está haciendo daño, y mover más la bola. Su base, Tyrrell, nos ha estado haciendo daño asistiendo, con unas 6 assistencias y pocas perdidas, un par.

Decidimos pues, al salir de nuevo, cambiar algo de defensa. Yo me ocuparé del base, y Emiliano se emparejará con Simpson. Y la cosa da sus frutos: yo empiezo defendiendo en todo el campo a Tyrrell y Emil se ocupa de bajar el primero a defender el contraataque. De esta forma conseguimos parar los puntos fáciles de Simpson, que ya no logra bandejas solo, y provocamos un aumento de las pérdidas del base, que terminaría con 6. En ataque funcionamos bien, y, además, Jan tiene unos minutos de dominación total, anotando 14 puntos con 6-8 en tiros de dos, añadiendo 6 rebotes, en escasos 20 minutos de juego.  Además, añadimos 3 triples en momentos importantes, con los que conseguimos ponernos arriba. Los últimos dos minutos nuestra defensa hace estragos y a ellos se les hace practicamente imposible anotar. Como ultimo recurso intentan llevarnos a la linea de tiros libres, pero (extrañamente), estamos bastante acertados en la recta final, y nos llevamos el partido. 76 -70. Avanzamos hasta un 2 -0 en conferencia, y acabamos con la imbatibilidad de VTC. Un buen día (que sería secundado por una victoria de las chicas después de nosotros), y uno de los partidos que mas he disfrutado hasta el momento. Aquí están las estadísticas: http://www.dakstats.com/WebSync/Pages/BoxScores/BoxScores.aspx?association=10&sg=MBB&sea=NAIMBB_2010&team=611&compID=122958 (Carr acabó con 23 puntos, jugando 40 minutos, y Simpson con 20, en 37).

Esta es la crónica de la página web de la uni:

«The UMaine Fort Kent men’s basketball teams used a strong second half rally to defeat previously unbeaten and USCAA Division II number one ranked, Vermont Technical College in Randolph, Vermont on Saturday in Sunrise Conference action. UMFK, who was ranked number three in the latest USCAA Division I poll, will be back in action Sunday at 2pm in Rutland, Vermont in another SC game when they face the College of Saint Joseph.

On Saturday afternoon, UMFK (11-5, 2-0 SC) was down four at the break and by as many as eleven in the second half before storming back for the big conference road win. The Bengals were sparked by freshmen Jan Brylowski (Montreal, Canada) who had a career best 14 off the UMFK bench. Brylowski was one of five players in double figures for UMFK led by junior captain Manny Odugbela (Providence, RI) who had a team-high 19. Pablo Llamas (Leon, Spain) added 16 points including three big field goals from downtown while Kevin Loiselle (Montreal, Canada) and Emiliano Void (Montreal, Canada) added 11 and 10 points respectively.»

Contentos (y cansados) nos volvemos al hotel, parando para comer algo en un Wendy’s, recuperar proteinas y, sobretodo, grasa, con una buena Baconator. El próximo partido se nos presentaba, a priori, sencillo, tras haber derrotado a VTC. Pero no lo sería tanto.

Al día siguiente nos vamos al College of Saint Joseph, y ya en el calentamiento vemos que tenemos bastante superioridad física. Pero, cunado el partido comienza, no acabamos de funcionar. Totalmente contrario al de VTC, este partido es bastante feo y rocoso, lo que, al fin y al cabo, es el estilo de juego de Saint Joseph. En el aspecto personal, solo juego 13 minutos y hago 4 tiros, metiendo dos. Juego a intervalos y me acribillan a faltas (de hecho no termino el partido jugando, expulsado con una quinta falta inexistente, en teoría, dando un codzo en la cara a otro jugador). De cualquier forma, nos mantenemos ahí, y llegamos a los últimos segundos 3 arriba. Pero un desafortunado triple nos lleva a la prórroga. Y a una segunda. Y, en la segunda, acabamos perdiendo. Se nos junta un poco todo: malas decisiones arbitrales, algun error del entrenador, y mal juego de equipo. Total, 101 – 98 y nuestra primera derrota en Conferencia:

«The UMaine Fort Kent men’s basketball team lost a double overtime thriller 101-98 to the College of Saint Joseph in Sunrise Conference action Sunday in Rutland, Vermont.

CSJ (7-10, 3-1 SC) forced overtime with a three pointer with just two seconds left and then erased a six point deficit in the first overtime before hanging on for the win. UMFK (11-6, 2-1 SC) was led by Manny Odugbela’s game-high 27 point effort which included a 11-12 showing from the line. Terence Dockery (Fy., Detroit, Michigan) added 20 points and 10 boards and Kevin Loiselle (Fy., Montreal, Canada) 18 points in the loss.»

Vuelta a casa, un poquillo agridulce, ya que podríamos habernos colocado el número 1 de la conferencia con un 3 – 0, pero acabamos el día cuartos con el 2 – 1. A descansar, y, en cuatro días, el Conference Opener en casita, contra nuestro rival del Estado y del Condado, Presque Isle, the Owls. El primero de 5 partods en 9 días. Va a estar bien, eso seguro.



Vuelta al Norte…y todavía más arriba.

… Y, entonces, las luces del gimnasio se apagan, y tan solo un foco queda encendido, un foco que alumbra justo encima del círculo central. Las gradas están llenas y el público se pone ahora en pie, para recibir, con sus aplausos y sus gritos, al equipo de la ciudad, a los UMFK Bengals.

Mientras los titulares se sientan en el banquillo, dispuestos para la presentación, el resto del equipo se coloca haciendo pasillo, indicando a sus compañeros el camino que han de seguir hacia el campo, el camino de cara a conseguir una nueva victoria que pueda llevarnos al último objetivo, a los campeonatos nacionales. Pero, para eso, todavía queda mucho camino; estamos en el primer partido de Conferencia que se juega en casa, 20 de Enero, y el contrincante es la Universidad de Maine en Presque Isle, con quienes se tiene una rivalidad encarnizada por la cercanía de ambas ciudades.

Pero, vamos a hacerlo poco a poco, ya que el comentarista no puede esperar más…

«Starting at guard, number 0,  6′ 4» freshman from Montreal, Quebec… Emiliano Void!»

«Starting at forward, number 5, 6’6» freshman, also from Montreal, Quebec, Kevin Loiselle!»

«Starting at forward, number 21, 6’5» sophomore, from Leon, Spain, Pablo Llamas!»

«Starting at Center, number 24, 6’5» freshman, from Montreal, Quebec, Jamar Thornhill!»

«And last, but not least, starting at guard, number 32, 6’2» Junior, from Providence, Rhode Island, your captain, Manny Odugbela!»

 

El corazón late con fuerza, mientras la grada termina de explotar con la introduccion de Manny, nuestro capitán y el hombre que mas tiempo lleva en la Universidad. Tras nombrarme, y caminar por el pasillo mientras choco la mano a todos los compañeros de equipo, doy la mano al entrenador rival y a los tres árbitros que van a llevar el partido, y me reuno con Emiliano y Kevin en el círculo central, concentrado, esperando por Jamar y Manny. Me meto la camiseta por dentro del pantalón y me la coloco a mi gusto, para que no me moleste durante el partido y todo vaya bien. Miro alrededor, y aplaudo, junto con el resto del público, cuando Manny es introducido. Esto significa que las presentaciones se han acabado, y que llega el momento de verdad, el momento de empezar un partido. Pero antes, todo el equipo se junta en el círculo central, y todo aquel que tenga algo que decir, lo dice ahora. No importa lo que sea, cualquier cosa, pensamiento, ánimo, cualquier cosa sobre el partido, este es tu momento. Porque, una vez el círculo se deshaga; una vez el partido empiece, la mejor forma de hablar es jugando.

«Family on 3; 1, 2, 3: FAMILY»

 

Tras eso, las luces se encienden, y nos distribuimos por el campo: Kevin hará el salto inicial, tratando de ganarlo para mi; yo avanzaré hasta la línea de tres, o hasta donde mi defensor me permita, mientras Kevin corre hacia el aro justo por el lado contrario de la pista, recibiendo un bloqueo ciego de Emil. Entonces, yo suelto la bola, que se dirige hacia las cercanías del aro, mientras Kevin salta y estira sus brazos, entrando en contacto con la pelota. Entonces, mueves sus brazos hacia el aro y…

Pero habrá que esperar, porque todo esto es a día 20 de Enero, y hay un largo camino hasta llegar hasta aquí.

 

VUELTA AL NORTE

Tras unas cortas, aunque merecidas, vacaciones, el día 3 de enero toca volver a los Estados Unidos de nuevo. Atrás quedan dos semanas maravillosas, en las que los reencuentros con amigos y familiares no faltaron, así como las fiestas y la diversión que esto conlleva. Reencuentro con todos los jugadores y entrenadores de mi club, viaje al País Vasco a ver a mis tíos, y la tradicional cena de Nochevieja con la familia, así como alguna otra visita al karaoke y pachhangas de baloncesto con los amigos, para no perder la forma (pero con cuidado, que tampoco hay que lesionarse!)

Pero llega el día de la vuelta, ya que, aunque la universidad, en el ámbito académico, no comienza hasta mediados de mes, nosotros tenemos unos cuantos partidos antes, además de los consiguientes entrenamientos.

Así que, de madrugada, parto hacia Madrid, con mi padre y mi hermana, y unas cuantas lonchas de Jamón Ibérico al vacío en la maleta. Me despido de ellos y embarco en mi avión, destino Philadelphia. Delante de mi, un viaje que va a durar cerca de un día y que me llevará desde Madrid hasta Fort Kent, pasando por Philadelphia y Boston por el camino. La verdad es que es la tercera vez que hago el mismo trayecto, así que estoy más o menos acostumbrado; solo hay una cosa que me preocupa: El Jamón. Al parecer, es ilegal entrar con este tipo de cosas en los Estados Unidos, aunque sea para consumo propio y en pocas cantidades, ya que pueden ser portadoras de enfermedades o algo así. Pero tengo que llevar algo para mi, y dar a probar a mis amigos las delicias de España, así que decido correr el riesgo.

En aduanas, en la conversación con el agente, sale a colación el tema: «From Spain huh? Pretty place, I like it… Are you bringing anything from there? Any ‘Chorizo’ or ‘Jamón’?». Y claro, yo pensando que ya me habían pillado. Te pones en lo peor: Que si te llevan a la sala de arrestados, una búsqueda a fondo por tu cuerpo… Pero no, en seguida te das cuenta de que es una simple pregunta rutinaria, y con varios negamientos de cabeza paso el trago de forma rápida y más o menos creible.

Así que me permiten pasar, y cojo mi maleta. Pero aquí viene otro problema: justo antes de salir a la zona libre, hay un hombre que coge maletas, al parecer de forma aleatoria, para un registro mas a fondo. Según me voy acercando un par de gotas de sudor recorren mi cara, y me paro delante del guardia. Le miro, señalo mi maleta, y le pregunto que si puedo pasar. Con una sonrisa me dice que si, que adelante… Así que paso. Libre. En territorio Americano y con Jamón de bellota en mi maleta. «¡Chúpate esa, sistema de aduanas!» pienso por un instante. Pero procuro que no se me note la cara de delincuente, por si acaso todavía vuelven a por mi. Un pequeño pasillo, y dejo la maleta en el área de enlaces: va directa a Fort Kent, nada de que preocuparse. Ahora si que si, mi jamón está a salvo.

Lo que sigue ahora, de nuevo, son unas cuantas horas de espera en el aeropuerto, vagando de terminal en terminal, y comiendo algo de comida basura (en lo que los Estados Unidos son los reyes): Dunkin’ Donuts, Starbucks, algún Pretzel y varios perritos calientes. Se hace imposible no comer nada cuando tienes ante ti tal cantidad de tentaciones, y tres horas sin nada que hacer excepto pasar el rato. Llega la hora del embarque, y a sentarse otra vez en un avión durante 2 horitas más para llegar a Boston. Como si las 8 horas cruzando el océano no fueran suficientes… Pero nada de quejas. Otras dos horas mas de espera, y el tercer avion del día, este de hélices, para ir hasta Presque Isle.

De nuevo en el norte. Bajo del avión y entro al pequeño aeropuerto (incluso más pequeño que el de León, para que os hagáis una idea), y allí están Emil y Jan, como buenos colegas, esperando por mi. Abrazos, regalos, comentarios y anécdotas esperando a que salga mi maleta (un último resquicio de duda me atacó de nuevo, pensando en el jamón otra vez), y al coche. Se hace realmente complicado llegar desde Madrid hasta Fort Kent, y, después de casi 14 horas de avión, más unas 6 de espera entre aviones y el consiguiente cambio horario, cuando por fin bajas del tercer avión, esperas poder tirarte en la cama y dormir toda la noche. Pero todavía tienes otra hora en coche… eso si, nunca se hace aburrido cuando tienes un par de amigos, mas de 1 hora de música que puedes cantar, y mogollón de anécdotas que compartir.

Cuando por fin llegamos a Fort Kent, cojo la cama con muuuuchas ganas; mañana nos espera un día duro, pues comienzan los entrenamientos: mañana será día 4 y el día 9 abrimos el segundo semestre con el último partido fuera de conferencia del año, contra el mejor equipo de la Liga Universitaria de Montreal. McGill University. Hay que estar preparados.

La semana transcurre rápida mientras entrenamos un par de veces al día, para recuperar sensaciones y aprovechando que no hay clases. Alternamos entre nuestro gimnasio y el gimnasio del instituto de vez en cuando. Debido a que es el segundo semestre el entrenador revisa todas las notas para comprobar que todo el mundo está cumpliendo con lo establecido para poder jugar y mantener la elegibilidad. Pronto descubrimos que los dos jugadores que fueron Red Shirt (es decir, que no jugaron) durante el primer semestre, tampoco van a jugar durante el segundo: Devon Speaks, o Dutch, debido a que no quiere perder un año completo de elegibilidad jugando solo un semestre, cosa bastante comprensible, y el otro, JJ, porque está volviendo a tener problemas con su rodilla y, aunque es posible que se recupere a tiempo para jugar, sería cuando quedasen pocos partidos, 5 o así, y tampoco es algo que merezca la pena.

Además de el tema académico, para registrarse para las clases del segundo semestre vuelven a hacernos el chequeo de las vacunas que nos han puesto. Todo está en orden menos Emiliano, al que le falta una, por lo que tiene que ir al Hospital y lograr que se la pongan antes del primer partido, o no podrá jugar. Son principios de Enero, y hace mucho frío en Fort Kent. Además, el Hospital está en lo alto de una colina, lo que hace el ambiente aún más gélido. Por suerte conseguimos que Jan nos lleve hasta allí arriba, y tras bastante espera y papeleo conseguimos que Emil tenga una cita para el día siguiente. Consejo: Si podeis evitarlo, no vayas al sistema sanitario estadounidense.

 

Así que nos disponemos a hacer tooooda la bajada andando, y, al principio, todo va bien, pero tras un minuto andando empieza a hacer demasiado frío como para andar todo el camino, así que tenemos una idea maravillosa: hacer auto-stop. Como nota personal diré que nunca en la vida he hecho auto-stop, así que no tengo mucha idea de en que porcentaje de veces funciona. Pero no tardaríamos en descubrir la verdad; ¡funciona en un 2 o 3%! Y eso que estamos hablando de Fort Kent, Maine, una de las ciudades más civilizadas de la tierra.

Un coche, dos coches, tres coches… La gente nos mira con cara extraña cuando pasan por nuestro lado, y nosotros seguimos parados durante 5 minutos. Pero el frío comienza a hacer más mella, y como no para nadie, decidimos seguir haciendo auto-stop mientras continuamos andando, por si acaso. Todo sea dicho, nuestras pintas no ayudan mucho: chandal, ropa ancha, pasamontañas para el frío, guantes… Pero aún así esperabamos algo de caridad.

Finalmente, tras 15 minutos, un amable caballero para y nos indica que subamos. Le damos las gracias y le comentamos que venimos del Hospital, y que jugamos en el equipo de Baloncesto de la Universidad, animándole a que venga a algún partido este segundo semestre, que se lo pasará bien. Nos acerca hasta el supermercado, y, con un apretón de manos y dandolas gracias de nuevo, nos despedimos.

 

McGILL UNIVERSITY

Como ya sabréis si leéis el blog a menudo (y si no lo sabéis os lo digo ahora), cuatro de nuestros jugadores son oriundos de Montreal, a saber: Emil, Jan, Kevin y Jamar. Tras dejar su ciudad para embarcarse en la aventura estadounidense, para ellos era realmente importante volver a «casa» y dar una buena imagen. Por lo que el día 8 de Enero nos dirigimos a Montreal. Dormiríamos allí y al día siguiente iríamos a jugar a la universidad de McGill. Pero la madre de Kevin quería conocer al equipo, y así, el día 8, tuvimos una agradable cena, nada más llegar, en casa del susodicho. Todo el equipo estaba invitado, faltaría más, y comimos un buen plato de pasta acompañado de nachos y demás alimentos. Además estuvimos jugando un buen rato a la Wii y disfrutando de un buen partido de baloncesto (¿Toronto – Boston?), aunque Jan y Emil se fueron antes de lo previsto para hacer una visita a sus respectivas familias.

Dimos las gracias por la maravillosa velada, y, tras comer un trozo de pastel en el que ponía «Let’s Go Bengals» (gran detalle e inesperado; delicioso, de paso) pusimos rumbo al hotel. Un buen descanso nocturno y a prepararse para el partido.

 

Día ventoso y gris en Montreal… Y frío, mucho frío.

Por la mañana, y antes de ir a jugar, nos dirigimos, de la mano de nuestros Quebecoises, a un sports-bar, para tomar un desayuno-comida en condiciones y que nos procure las energías necesarias para un buen partido. Para mi no era nuevo, ya que Emil y Jan me trajeron aquí durante Thanksgiving Break un par de veces, y la verdad que se come muy bien y se respira un ambiente de absoluto deporte: Mas de 10 televisores en todo el bar con deportes todos y cada uno de ellos, fútbol, fútbol americano, hockey, baloncesto… Lo que cualquier amante del deporte puede desear.

 

Y que decir del desayuno… Supongo que la mayoría habreis visto los desayunos americanos por la tele (que aunque sea Canada, sigue siendo América), ¿no? Huevos fritos, bacon, salchichas, bagels con todo tipo de mermeladas, uvas, piña, zumo de naranja…  Un desayuno completo y bastante sano, dentro de lo que cabe. También lo puedes elegir no sano, pero hay que cuidar un poco lo que se ingiere 3 horas y media antes de un partido, así que mejor no forzar.

Tras comer tranquilamente y hacer un poco de sobremesa, volvemos a subir al bus y nos dirigimos hacia la universidad de McGill. Supongo que no mucha gente la conoce, así que voy a echar mano de nuestra amiga la Wikipedia para contaros un poco sobre ella:

» La Universidad McGill está localizada en Montreal, provincia de Quebec, Canadá. Es una de las dos universidades de esa ciudad que tienen el inglés como lengua de instrucción principal (la otra es la Universidad Concordia).

 

 

El campus principal se encuentra en el centro de la ciudad, al pie del parque Mont Royal y cerca de la estación de metro McGill. Cuenta también con el campus McDonald al oeste de la ciudad, y con varios terrenos de investigación en las cercanías del área metropolitana de Montreal.

Fue fundada en 1821 con fondos y terreno proveídos por James McGill, un prominente empresario montrealés.

[…]

Un punto negro e su historia fue la experimentación llevada a cabo en pacientes por el Dr.Donald Ewen Cameron en el marco de la Operacion MKULTRA .»

Además, es la mejor universidad en Canadá, y está considerada como la número 19 del mundo, ofreciendo hasta 300 diferentes carreras en las que estudiar. Realmente algo increíble, y al igual lo eran sus instalaciones, con campo de atletismo cubierto, piscinas…

Calentando calentando…

 

Así que llegamos y nos ponemos a calentar. Reencuentro de todos nuestros jugadores canadienses con amigos y conocidos, charlas, alguna broma, familiares en las gradas… Parece que va a haber un buen ambiente, y eso siempre es bueno. Vuelta al vestuario y la charla prepartido: EL entrenador nos avisa de que son un buen equipo, y aunque puedan no parecer nada impresionante, saben jugar. Nada de confianza ni mucho menos, o nos puede caer una buena… Y, al final, nos cae; 49-76. Aquí os dejo el resumen de nuestra página web:

«McGill University used a strong second half to defeat the UMaine Fort Kent men’s basketball team 76-49 in Montreal, Canada on Sunday afternoon.

 

 

McGill (9-12), who was up just five at the break following a three pointer at the buzzer by Kevin Loiselle (Fy., Montreal, Canada), outscored UMFK 42-20 in the second half. The Redmen got 20 points from Oliver Bouchard and used a 2-3 zone which frustrated UMFK for the duration of the contest to earn the victory.

 

 

The game was tied at 16 before UMFK went cold from the floor and McGill was able to build a double digit lead. However, the Bengals battled back to get within five at the break. Following intermission, McGill heated up behind Bouchard and UMFK was unable to solve the Redmen defense. UMFK shot just 17-52 from the floor (32.7%), 5-23 from behind the arch (21.7%) and 10-25 from the line (40%).

Loiselle had 15 points and 11 boards to lead UMFK while Junior captain Manny Odugbela (Providence, RI) added 15 points in the loss.»

(http://athletics.umfk.maine.edu/game/354/1/)

Esta vez acompañado de un video cortesía de nuestros amigos canadienses, con algunas de las jugadas mas interesantes del partido:

 

 

Vuelta al vestuario, tras la derrota, y muchas caras largas. Todos queríamos empezar bien el semestre, pero un verdadero equipo nos ha vuelto a ganar, jugando juntos, moviendo bien la bola… Lo que nos suele pasar casi siempre. Una derrota más, que hay que aceptar e intentar comprender para no cometer los mismos errores, y dejarlo atrás. Porque mañana abrimos los partidos de conferencia, aunque fuera de casa, y hay que estar centrado en el próximo partido. Como dice nuestro segundo entrenador Morris Young, en baloncesto hay que tener memoria corta, aprender de los errores pero olvidar las derrotas, porque, y con mas razón en el Universitario Estadounidenses, donde juegas hasta 4 partidos por semana, tienes que tener la atención en el siguiente. On to the next one.

Volvemos a pisar territorio estadounidense, esta vez en el estado de New York y tras 3 horitas de viaje, más o menos, llegamos al hotel.

 

P.S: Gracias a Thorne Rintel por las buenas fotos del principio.


Over… Xmas break

Señoras y señores, se acabó el semestre. Por fin. No es que esté cansado del baloncesto, o de la vida social, o de trabajar en el gimnasio… No, para nada. Estoy cansado de los tests de Antropología, de los trabajos de inglés y de los exámenes de Sociología. De los de Mates no, que han sido superdivertidos (y es la primera A de mi vida, aunque espero que no la última). Por todo esto, tras una semana de exámenes finales y de trabajos, deberes, etc… hoy ha empezado, para nosotros, tras el último partido del semestre (aunque fuese amistoso) el Christmas Break.

Pero, antes de todo esto y desde la última vez que escribí han pasado muuuuuuchas cosas. La anterior entrada acabó hablando del torneo en Husson University, ¿verdad?. Bien pues, sigamos por donde dejamos las cosas, que es de rigor.

 

NCAA III

Husson University, Bangor. Llegamos allí dispuestos a disputar el torneo Paul Bunyan (que es una figura mítica del norte de Estados Unidos, sobre todo Maine, Michigan y Minnesota; un leñador gigante), torneo al que nuestra universidad suele ser invitada cada año. Los equipos en el torneo éramos cuatro, a saber: El anfitrión, Husson University, que es una universidad enrolada en la tercera división de la NCAA, afincada en Bangor; UNE, University of New England, otra universidad de la tercera división de la NCAA, esta afincada en Biddeford, también Maine; UMM, cuyas siglas corresponden a University of Maine at Machias, y que es uno de los equipos que juega en nuestra conferencia y con el que tendremos que vernos las caras dos o tres veces entre enero y febrero, y nosotros, UMFK.

Tan pronto como llegas ahí te das cuenta de la diferencia entre universidades, generalmente de cualquier división de la NCAA, con las de la segunda division de la NAIA, sobre todo en el aspecto de instalaciones depotivas:

 

Estadio de Baseball… pero también de Football. Y de dimensiones considerables.

 

Así que entramos a los vestuarios, dejamos las cosas, y nos damos una vuelta pro el complejo deportivo, a ver que tal. Todo bastante cuidado, la cancha bastante aceptable, aunque pequeña, del estilo de la nuestra. El primer partido va a ser el nuestro. Se juegan dos partidos cada día, el primer día UNE vs UMFK y Husson vs UMM, y al día siguiente, los dos que hayan ganado jugarán la final, y los dos que hayan perdido juegan el partido de consolación. Va siendo hora de empezar a cambiarse, así que volvemos al vestuario y cada uno empieza sus rituales prepartido; los hay de todos los colores: algunos escuchan música concentrados, cantando en bajo para si, como Emiliano; otros, como Manny, cantan a gritos sus canciones preferidas mientras corren y bailan por el vestuario, para ponerse en modo partido. «Get high», que lo llaman (diferente significado del otro high, malpensados).

 

 

Yo normalmente me pongo música mientras me preparo, pero soy mas bien de los que cantan en bajito para si. Además, últimamente me ha dado por lavarme los dientes en el vestuario antes de cada partido fuera de casa, no se porque, pero me hace sentirme más cómodo, así que, ¿por qué no?.

Salimos a la cancha con tiempo, más de una horita, y cada uno se pone a su bola. Tiros, entradas, tiros libres, manejo de balón corriendo por las bandas… A diferencia del baloncesto que he jugado antes, los calentamientos son bastante anárquicos, como creo que ya he remarcado alguna otra vez. Normalmente, en todos los equipos en los que he estado anteriormente el calentamiento «organizado» empieza con 50 o 40 y pico minutos en el reloj. Aquí, sin embargo, suele empezar a los 20 aproximadamente.

Así que calentamos un poco, alternando periodos de movimientos con algunos de concentración en el banquillo, hablamos sobre el partido y bromeamos un poco, y cuando quedan 40 minutos nos llaman para la charla. Lo primero de todo, pese a ser mi primer partido tras la lesión, observo que vuelvo a salir de 3 titular. Buena señal, e importante para volver con confianza.

Nuestro rival va a ser UNE, NCAA III, con un record de 1-5. Pese a todo, el entrenador nos avisa: es un equipo muy rocoso y con un juego lento y a anotaciones bajas, defensa dura y al tran tran. No hay que confiarse. Las claves son saber atacar la zona, intentar que no la monten corriendo en transición e intentar hacer tiros de alto porcentaje. Si nos vamos a anotaciones de 80-90 el partido será nuestro, nos dicen; en cambio, si nos quedamos sobre los 50-60, hay muchas posibilidades de que el partido caiga de su lado.

Salimos a la cancha y sienta genial volver a jugar. Hacemos el calentamiento, consistente en entradas, algo de tiro, estiramientos y calentamientos grupales («Bigs» y «Guards») y Five Star para terminar. Una curiosidad: no se porque razón, no dejan hacer mates en los calentamientos. En toda la temporada llevamos 2 técnicas por hacer mates en calentamientos, que se suelen resolver con dos tiros libres para el equipo contrario antes de empezar el partido.

Llega el momento de la verdad, y el partido comienza. Como nos habían dicho, rocoso, lento y muy físico en defensa. Anotaciones bajas, ataques largos, y bajo porcentaje en tiros. El tema de las faltas es gracioso, porque puedes defender con manos y contactar mucho, pero luego te pitan la bobada mas grande del mundo, como un contacto sellando a tu defensor en el poste, o una falta en el rebote por saltar sobre la espalda cuando ni siquiera tocas a tu defensor, tan solo estiras el brazo por encima de el.

Nos vamos al descanso perdiendo 26-24. La proyección no es ni de 50 puntos, por lo que no es muy buen indicador. Estamos abusando mucho del triple y ni siquiera estamos convirtiéndolos… Un par de indicaciones sobre como atacar la zona en el descanso, y de vuelta a jugar.

La segunda parte transcurre incluso peor, y cogen una pequeña ventaja de 10 puntos pronto. Tras eso, vamos detrás, y hasta conseguimos empatar. Pero se vuelven a poner 4-5 puntos arriba, y en el intercambio de tiros libres finales no fallan. Partido perdido contra un rival que, según coincidimos todos, no tenía que haber ocurrido. Para reseñar nuestro porcentaje en triples, 4 de 21, un 19%. Paupérrimo.

Tras el partido nos quedamos a ver un poco al anfitrión contra el equipo de nuestra conferencia, para conocer al próximo rival. El partido pierde todo el interés en los 4 primeros minutos, en los cuales Husson se pone mas de 20 arriba. Machias tarda 3 o 4 minutos en meter la primera canasta, y les es complicadísimo dar 3 o 4 pases sin perder la bola. Bueno, por lo menos tenemos las animadoras:

 

Vuelta al hotel, descansar, hacer algo de deberes y a dormir. Revisamos un poco el partido en nuestra habitación, Kevin, Emiliano y yo, para ver los errores que hemos cometido y en que podríamos haber actuado mejor. Mañana el partido es a priori más sencillo, pero nunca hay que confiarse.

Pero si, el partido fue más sencillo. Con la presión a toda la cancha, una 1-2-2 en la que yo actúo en punta, comenzamos fuerte, cogiendo un liderazgo bastante importante, rondando los 20 puntos, en los primeros 10 minutos. Con las primeras sustituciones el ritmo decayó un poco, y al descanso nos fuimos «tan solo» 13 puntos arriba, 42-29.

Al comienzo de la segunda parte volvimos a dar otro estirón con el quinteto titular en pista, forzando malas decisiones, robando balones y acabando muchos contraataques, y con mas de 10 minutos en el reloj el partido estaba más que finiquitado. El resultado final, 92-55, y mejoramos el récord a un aceptable (aunque debería ser un poquito mejor) 6-3.

Entre que nos vestimos y todo, al finalizar el partido, tenemos tiempo para ver un poco de la final del torneo, Husson contra UNE, dos universidades NCAA III.

 

Calentamiento de la final

 

UNE calentando

 

Eso si, aunque no nos quedamos a ver todo el partido, Husson ganó con holgura a UNE, como era de esperar. Además, como cualquier torneo que se precie, este tenía trofeo (que se quedó en casa) y All-tournament team. Nuestro Canadiense Kevin Loiselle se ganó un puesto en el equipo debido a sus estadísticas de 16 puntos y 8 rebotes en el primer partido, y 19 y 15 en el segundo. Aquí podéis ver su foto con el periodista de la televisión local que le hizo unas preguntas (es broma, es Brad, el fisio):

 

 

Vuelta a casa desde Bangor, que son unas 5 horitas (corto para lo que estamos acostumbrados) y a prepararse para la semana importante en el aspecto académico, ya que el miércoles jugamos contra Bates College, otro NCAA III, y la mejor universidad del estado según la última votación de entrenadores y periodistas. Una buena piedra de toque.

 

BATES

Así que nos vamos a Lewinston, Maine, a jugar contra Bates. En cuanto llegamos al campus, podemos apreciar la arquitectura típica de Nueva Inglaterra, que, en mi opinión, es preciosa, y le da a la universidad ese toque de antigüedad y tradición maravilloso. Aquí algunas fotos (por desgracia, no son mías):

 

El gimnasio, aunque pequeño, tiene también ese estilo y aire antiguo, pero bien conservado, con parqué marrón oscuro. En todo el equipo, de los 13 jugadores, tan solo hay un jugador negro, cosa que me sorprende. Eso si, todos los jugadores están fuertes. Pero fuertes, FUERTES. Menudos musculitos. Esta vez, en vez de hacer una de mis crónicas, os voy a dejar la de la página de nuestra uni, que es perfecta, aunque, eso si, está en inglés (pero se entiende fácil, no os preocupeis):

» The UMaine Fort Kent men’s basketball team rallied but fell short to Bates College 86-75, on Wednesday night at Alumni Gym in Lewiston, Maine. Senior Alex Gallant poured in a career-high 28 points and matched his career high with 11 rebounds to lead the Bobcats (7-1) to their fifth straight win, while the Bengals dropped to 6-4. UMFK will play at the Fisher College Holiday Classic this Saturday and Sunday at 1pm each day. On Saturday they face The New School (Ny.) and on Sunday they will take on Johnson & Wales (Fla.). All games will be played at Fecteau-Leary Gymnasium in Lynn, Massachusetts.

On Wednesday evening, Kevin Loiselle (Fy., Montreal, Canada) led five UMFK players in double figures with 17 points, while Manny Odugbela (Jr., Providence, RI) added 16.  Emiliano Void (Fy., Montreal, Canada) scored 12 points to go with seven rebounds and six steals, and Jamar Thornhill (Fy., Montreal, Canada) and Pablo Llamas (Jr., Leon, Spain) added 12 and 11 points, respectively. Gallant (Bangor, Maine) hit 12 of 15 shots to help carry the Bobcats and senior Nick Schmiemann (Weymouth, Mass.) added 16 points with five rebounds and a career-high six assists.  Junior John Squires (Swampscott, Mass.) filled the stat sheet with eight points, seven rebounds, six assists and two steals.

Bates opened the game on a 11-3 run and then the teams traded the lead nine times in the first half and the game was tied 10 other times. A steal and a dunk by Terence Dockery (Fy., Detroit, MI) was followed by a pair of free throws by Loiselle that gave UMFK its largest lead of the period, 28-24, with 6:13 left. Bates responded with three straight hoops by Gallant, and a three-pointer by junior Kyle Philbrook (Auburn, Maine) which returned the lead to Bates at 33-31 with 4:29 to go. Gallant found Squires underneath for a layup, and he scored four more points before the period was over, as Bates took a 42-38 lead into halftime.

Bates came out of the locker room and quickly expanded the lead into double digits 51-40 with 17:15 left in the game. Bates’ lead ballooned to 15 at 62-47 with 13:18 left and had a 66-51 lead with 11:48 to go, when UMFK exploded for 16-1 run, which was capped by a 12-point spurt over the span of less than two minutes.  A three by Llamas, a three-point play by Void and back-to-back three-pointers by Darryl Murff (Fy., Detroit, MI) and Loiselle prompted a Bates timeout with 7:04 left in the game and the game tied at 67.

Bates responded and earned a six-point cushion at 75-69 with 4:14 to go.  UMFK would then fail to score on six straight possessions, and a three-pointer with 1:28 left put the Bobcats on top 81-71. Bates hit 5-of-6 free throws over the final minute and a half to ensure the win.»

http://athletics.umfk.maine.edu/game/350/1/

Como apunte personal, decir que nos masacraron en la zona. Fue uno de esos días en los cuales, por alguna razón, nuestra zona hacía aguas por todos los lados (sobretodo triples en las esquinas y tiros de media distancia en el poste alto). En mi opinión abusamos de la defensa zonal y no nos habría venido nada mal jugar algo más en individual, pero bueno, que le vamos a hacer. Al menos partido disputado, de resultado ajustado, de esos que gusta jugar (aunque si se gana siempre queda mejor sabor de boca, claro).

Viaje de vuelta sin parar a dormir, llegando a casa pasada la una, y con clase a las 8 del día siguiente… Es lo «malo» de los deportes, de cara a las clases, que hay que hacer pequeños esfuerzos y estar bien organizado para poder compaginar todo. No por lo del miércoles, que es lo de menos. Pero el viernes volvemos a perder clase, y es el último día antes de la semana de exámenes finales; y no solo eso, vamos a pasar todo el fin de semana en Boston jugando otro torneo, el Fisher Holiday Classic, lo que significa que llegaremos el domingo sobre  las 12 de la noche a casa. Y el lunes a las 8, examen. Por suerte es de matemáticas, Finite I, y no va a haber ningún problema.

 

FISHER HOLIDAY CLASSIC

 

Salimos el viernes pronto de mañana, ya que, aunque no jugamos hasta el sábado, y el viaje a Boston son solo 8 horas, todo el mundo quiere aprovechar la oportunidad de ir a una ciudad de verdad, y, sobre todo, de perderse en sus Malls (centros comerciales) y hacer unas cuantas compras, aprovechando que se acerca la navidad.

Así que el viaje transcurre sin imprevistos, y llegamos al deseado Mall. Por desgracia, solo tenemos una hora y media para verlo, porque Fisher, el anfitrión del torneo, juega contra nuestro rival del sábado, The New School, y, debido a que es una nueva escuela, como su propio nombre indica, no sabemos nada de ellos, así que el staff técnico quiere hacer un poco de scouting.

Perdida de tiempo total. Cuando llegamos, el tanteo es 25-2 a favor de Fisher, y, sin ser irrespetuosos, el panorama de The New School es desolador: solo un jugador en el banquillo (lo que hace un total de 6 jugadores en el equipo). Parecen sacados de una pachanga de cualquier patio de colegio, y tan solo hay dos jugadores que parecen haber jugado a baloncesto antes de unirse al equipo. Por todo esto, en el descanso abandonamos el pabellón y nos vamos para el hotel.

Es el primer viaje que hacemos con las chicas, que acaban de comenzar su temporada también, y van a jugar el torneo. Como llegamos al hotel a eso de las 9 y tenemos de hora límite las 12, nos vamos a una pequeña bolera que hay al lado del hotel, TJ, Jan, Darryl Jamar Kevin y yo. Es increíble la cantidad de asiáticos que hay en Boston; a lo mejor es que van todos a la bolera pero increíble. El 60% de las personas esa noche eran asiáticos, sin exagerar.

Tenemos que esperar 1 hora casi, pero al final conseguimos una mesa de billar. Al contrario que en España, o al menos en todos los billares de España que he jugado (que no son muchos, todo sea dicho) las partidas aquí van por tiempo: te alquilan la mesa una hora y haces con ella lo que quieras. Así que echamos tres partidas, por parejas: Jan y yo (European power; el padre de Jan es polaco) contra TJ y Kevin. Los primeros compases de la partida dejan bastante claro que, al menos, la calidad está en la otra pareja, aunque hacemos lo que podemos por defendernos, y cuando ellos meten la negra nosotros solo tenemos un par de bolas sobre el tablero. Eso si, al meter la negra meten también la blanca, así que la victoria se viene a nuestro lado. La segunda partida es bastante corta, y la calidad sale a relucir; TJ y Kevin nos destruyen en menos de 10 minutos, con el consiguiente empate en el casillero. Son las 11:35 y tenemos que estar en el hotel en menos de 25 minutos, así que echamos el desempate. En la tercera partida el factor suerte es el gran protagonista, ya que yo consigo meter 4 bolas seguidas, un par de ellas de formas realmente inverosímiles. Jan se encarga de cerrar la faena metiendo las dos últimas, incluida la negra, y, pese a que en un principio parecía claro que íbamos a perder, nos acabamos llevando la victoria, y, de este modo, evitando pagar. European school, baby.

Al día siguiente nos disponemos a jugar contra The New School. Que quereis que os diga; lo más interesante de ese día fue el partido de después que enfrentó a Fisher (probablemente el favorito de nuestra conferencia) contra Johnson and Wales (Fl.). Ellos no anotan hasta el minuto 13 o 12, aproximadamente, y nosotros anotamos con fluidez. Lo esperado, vaya. Aún así ganamos 88-42, en mi opinión permitiendo muchos puntos al rival, aunque está claro que la segunda unidad no se preocupa mucho por defender.

En el otro partido se enfrentan Fisher, en cuyas filas se encuentra el mejor jugador de la conferencia del pasado año, Louis Williams (que cuaja un gran partido, la verdad) contra un equipo de la conferencia The Sun, en el suroeste de USA. El partido empieza bastante igualado, pero en la segunda parte y debido al gran acierto en la linea de 3 puntos y la mala defensa de Fisher, JWU se distancia en el marcador y acaba ganando. Un partido de verdad, con dos universidades de buen nivel. Ganas de jugar al día siguiente aumentando.

Nos volvemos al hotel y esa noche nada de boleras o billares, ya que el partido es más importante y va a estar más disputado, así que prontito para la cama. A todo esto, Jan se lesiona de la espalda en el partido contra The New School, lo que produce una situación graciosa (aunque dolorosa en exceso para el, claro; yo he pasado por ciertos problemas de espalda y se lo fastidiosos que son): no se puede levantar de la cama, el pobre. Eso si, ninguna queja puede tener, porque cuidamos de el como de nadie.

Roster de JWU

 

Así que volvemos a la cancha. Todo el mundo está emocionado por jugar con un equipo bueno, porque, excepto Bates, llevamos cierto tiempo sin tener una competencia real (no contamos a UNE, aunque nos ganaran… Quizás por el juego tosco que realizaban, aunque hay que reconocer que fueron mejores que nosotros, las cosas como son).

El caso es que, debido a la emoción, en el calentamiento al amigo Emil se le va un poco la cabeza y se cuelga del aro con contundencia. Resultado, técnica para empezar. No pasa nada, todos seguimos concentrados, pero el entrenador le cambia en la primera jugada del partido, como «castigo», aunque nadie le critica ni se lo reprocha; esto es verdaderamente bueno, porque ya nos vamos pareciendo más a una familia, y cada vez me gusta mas el equipo y la gente. La verdad es que la evolución que hemos tenido como grupo ha sido, en parte, sorprendente. Estamos alcanzando un nivel de química realmente impresionante para lo que se auguraba a principio de año.

Y, como resultado, jugamos como un auténtico equipo. Aunque con las primeras sustituciones siempre sufrimos un bajón defensivo, nuestro quintento titular tiene un potencial increible en ese aspecto, presionando  y defendiendo en zona o en individual. El tiro de 3, que había sido una de sus grandes armas en el partido contra Fisher, termina en un porcentaje bajo debido a nuestra buena defensa, de un 27%. Además, dominamos el rebote, otra de las claves contra el partido de Fisher.

Pese a que comenzamos el partido con ventajas superiores a las 10 puntos, cierto bajon en los minutos finales de la primera parte provoca que tan solo nos vayamos 8 puntos arriba, 41-33, aunque con buenas sensaciones. En la segunda parte volvemos a salir fuertes y nos movemos en unas ventajas sobre los 13 puntos de nuevo. Al final intentan remontar forzando muchos tiros libres, pero estamos bastante acetados, sobre todo Manny, y nos llevamos el partido 84-70. Una gran victoria. Para los que quieran leer la crónica: http://athletics.umfk.maine.edu/game/352/1/

Vuelta a casa con otra victoria bajo el brazo, y vamos 8-4.

 

FINAL EXAMS WEEK

 

Infierno de semana. Y no exagero. No es que sea difícil, que no lo es, pero el volumen de trabajo es considerable. Entre el examen de matemáticas, el de sociología, los tests y disscusion boards de Atropología, y la ayuda que les presté a mis compis Tom y Adam, que comparten clase conmigo, en ellos… Los trabajos de inglés, de 10 páginas de media (en un idioma que no es el mío)… La verdad que se nos ha hecho larga, pero no solo a mi, a todos. Hemos entrenado solo 2 días durante la semana, y eso que este finde hemos sido los anfitriones de un pequeño torneillo aquí en casa, contra Augusta y Eastern Maine Community College, el sábado y hoy, domingo, respectivamente (aunque solo el primero cuenta para el record, ya que no está bien visto para la segunda division de la NAIA jugar contra Community Colleges, al menos en Maine).

Poco que decir, nada interesante, excepto que volvíamos a jugar en casa después del primer partido de temporada (en el que me lesioné). Lo malo es que a estas alturas de la semana la mayoría de la gente se ha ido a casa, y no hay mucho público. Pero siempre sienta bien jugar en casa, y todavía más con las presentaciones del quinteto titular que nos hacen (las podéis ver aquí –>http://athletics.umfk.maine.edu/game/353/1/ con el partido completo)

Como ya digo, ambos partidos transcurrieron sin más historia. Diferencias holgadas (el segundo un poco más complicado que el primero) y bastante espectáculo, con Kevin a la cabeza (4 o 5 mates entre ambos partidos, si no me equivoco). Mejorando a un récord de 9-4 justo al final del semestre.

Nada mas terminar el segundo partido, hoy en domingo, la hora de las despedidas: la mayoría de la gente se va a casa. Manny a Providence, los Canadienses a Montreal (probablemente ahora mismo estén de fiesta celebrando las vacaciones) Yoshives a Florida, y los Detroit guys a Detroit, como no podría ser de otra manera. Todo buenos deseos y con ganas de descansar, aunque no por mucho tiempo ya que volvemos a entrenar prontito.

Así que poca cosa más por aquí, por el Norte. Ya es navidad, como en todo el mundo. Pero en Fort Kent tiene algo especial, con tanta nieve. Porque, a fin de cuentas ¿es realmente navidad si no nieva? Hmm… yo no estoy seguro. Os dejo unas fotillos de la navidad por aquí, y os deseo a todos unas felices fiestas!! Disfrutad y tened muchos regalos, si habéis sido buenos.

 

 

 

 

 

 

 

See you! Nos vemos pronto 🙂


Acción de gracias y Montreal

MONTREAL: Montreal es la mayor ciudad de la provincia de Quebec, en Canadá, y la segunda más poblada de todo el país. Está situado en la isla del mismo nombre, entre dos ríos. Además, es una ciudad mayormente francófona, aunque se puede decir sin género de dudas que es practicamente bilingüe, ya que el inglés es también muy importante. De cualquier manera es una ciudad con gran variedad de idiomas debido al gran índice de inmigración y diversidad que posee.   Su nombre proviene de la expresión «Mont-Royal», que significa monte real, o montaña real. El término Royal, según mi amigo Jan me explicó, fue derivando hacia Real debido a que «la plebe» empezó a pronunciarlo y escribirlo de esa forma, pese a que, hoy en día, la palabra Real per sé no tiene significado alguno, ni en inglés ni en francés. Vamos, que no existe.

El monte Real, pues, está localizado en medio de la isla, y forma parte de la ciudad. Según dice la gente, sobre la cima del monte en sí hay un cruz, y ningún edificio puede sobrepasar la altura de la cruz susodicha. Jan me lo confirmó, y, aunque me parece raro, tendré que creérmelo.

El caso es que llego Thanksgiving, y, aunque tendría que hacer el sacrificio de no experimentar una de las mayores fiestas de la cultura americana (sobre todo por el pollo), pues me fui a Montreal con mis amigos canadienses. Salimos el martes de la semana pasada y llegamos allí a la noche, después de seis horas de viaje conduciendo (yo no, que no tengo carnet). Estabamos cansadísimos, pero, si pensais que nos fuimos a la cama, estáis muy equivocados: Todo lo contrario, un paso rápido por casa para asearnos y ponernos algo decente encima, y un poquillo de fiesta canadiense. Eso si, a las 3 recogimos y a dormir.

 

MIÉRCOLES

 

El miércoles nos despertamos pronto, pese a que habíamos dormido relativamente poco, y nos dispusimos a dar una vuelta por la ciudad, de día.

Emil y Jan me llevaron a desayunar a uno de los mejores sitios de la ciudad en lo que a desayunos se refiere, y degusté unas maravillosas tortitas con moras, junto con bacon (que no falte nunca, lo más básico de los desayunos americanos), salchichas, patata cocida, zumito de naranja y frutas varias (fresa y melón, entre otras). Un poco de sobremesa comentando cuales son los planes para el día (y la noche), y siguiente parada: let’s see the barber.

Emil y Jan consideran que mi pelo (y el suyo también) ya va estando excesivamente largo. Y, la verdad, es que tienen razón. Así que me dejo llevar por las calles del Downtown de Montreal entre rascacielos y casas, hasta una pequeña peluquería/barbería bajando las escaleras. Cómo de película. Nos sentamos cada uno en un sillón, y, en menos que canta un gallo, los trabajadores del peinado se ponen manos a la obra; a mi me toca la pequeñita asiática…

No tengo ningún problema, ni mucho menos, pero es gracioso como a Emil, cuyo padre es negro, le corta el pelo un peluquero negro. Supongo que en cuanto ven entrar a un blanquito a la peluquería piensan que va a querer algo tradicional (y en mi caso, tienen razón).

El caso, que mi señora me pone el delantal y me coge del pelo para saber como lo quiero de corto. Le digo que «así» (ni muy largo ni muy corto) y me dice que muy bien, que muy bien. Pero supongo que todos habéis tenido alguno de esos peluqueros que, les digas lo que les digas, te cortan el pelo como les da la gana. Así que os podéis imaginar lo que pasó: Me dejó más pelado que las ovejas en época de esquilar.

Nuestra amiga peluquera perpetrando el crimen

 

Imaginaos la situación: Un poco de corte de pelo con tijeras, un poco de maquina para igualar… Y yo pensando, «cojones, al final me va a dejar guapo y todo». Pero no. Otro retoque con tijeras. Espera que te corto un poco el flequillo. Vaya hombre, por aquí me ha quedado muy largo. Hmmm mejor si te rebajo por este lado…

Y, al final, que sales pensando que lo mejor habría sido cogerte una maquinilla en casa y pasártela al cero. Pero que le vas a hacer, por lo menos todavía crece (y espero que por mucho tiempo, aunque no las tengo todas conmigo).

Cuando terminan de cortarnos el pelo a Emil y a mi nos dirigimos a un Mall, a un Centro Comercial (el mas grande de la ciudad, que interconecta 2 o 3… una pasada) porque el amigo Jan no confía en los barberos y prefiere ir a una peluquería de las de verdad. Así que mientras el se corte se lava y se peina, como un auténtico señor, Emil y yo nos damos una vuelta.

Champs, footlocke… Paraiso de las tiendas deportivas. Como todas las ciudades grandes de Norteamérica, vaya. Pero no por eso deja de sorprenderme siempre que voy a uno de esos sitios. Ojalá en España fuese, al menos, parecido. No digo ya igual.

Comemos por ahí, y cenamos por ahí, también. La cena la realizamos en un restaurante/bar: Dan cenas desde las 8 hasta las 11, o así, y a partir de las 11 a beber y a bailar. Cosa muy común por Montreal. Así que nada, un poco de fiesta (de nuevo)

 

JUEVES

Como no todo es fiesta y farra, y después de las vacaciones de Acción de gracias tenemos un torneo de basket, el jueves por la mañana Emil me lleva al gimnasio donde trabajaba antes de venir a Maine. Tenemos pensado hacer un poco de pesas, para no perder el ritmo, y luego jugar una pachanga, o, aunque sea, tirar unos tiros.

Había oído hablar sobre el gimnasio, sobre lo bueno que era, la de cosas que tenía, que era para ricos… Un montón de cosas. Así que esperaba algo impresionante, algo digno de ver, algo inmenso.

Pero lo que imaginaba no se acercaba, ni un poquito, a lo que me encontré. Increíble. No hay palabras para describirlo. Un complejo gigantesco, parcialmente bajo tierra. Cafetería digna de un hotel cinco estrellas, tres pistas de tenis y otras tantas de squash bajo tierra, piscinas, una sala de pesas de primera clase, una pista «indoor» de atletismo al rededor de las pistas de tenis, sala de cardio… Con la boca abierta. En serio, inigualable.

Según me contaba Emil, es el gimnasio al que va toda la gente rica de la ciudad, y vamos, que me lo creo. El estuvo trabajando ahí mas de un año, y dice que el sueldo no es prácticamente nada, pero que trabajar allí te da derecho a usar TODO sin pagar, y esa es la razón por la que la gente quiere trabajar ahí. No me extraña.

 

Pistas de tenis…una pequeña parte

 

Así que hacemos un poco de pesas, jugamos un poco de 2×2 con un par de chavales que hay por ahí, y a las hora y pico nos vamos a los vestuarios (que, por cierto, parecen una sala de reunión en vez de unos vestuarios. Las taquillas son de mas calidad que los armarios de mi casa, no exagero)

Jan nos recoge con su coche y nos lleva al extrarradio de Montreal, donde unos amigos suyos van a jugar un partidillo. El viaje dura casi media hora (la ciudad es bastante grande), pero al final llegamos al instituto. Un instituto de un barrio no precisamente rico de la ciudad, se respira baloncesto. Unos tiros para calentar y pronto nos ponemos con el 5×5 toda la cancha, que dura aproximadamente una hora. Una hora de baloncesto divertido, conociendo gente y otras culturas, una de las cosas más interesantes, al menos, para mi, de este deporte. La verdad es que pasamos un buen rato.

Y, tras la pachanga, de vuelta a casa de Emil. Pero cuando estamos llegando, a Emil le llega un mensaje de que hay partidos en su antiguo instituto, donde está jugando también su hermano. Así que, con lo puesto, nos vamos para allá, y jugamos otro poco, esta vez 4×4. Tarde completa de baloncesto.

Volvemos a casa, una ducha, y a seguir conociendo la parte nocturna de Montreal (y su ciudad subterránea, una de las mas grandes del mundo), pero esta vez con nueva compañía, Francis,  al que nos encontramos en el segundo partidillo y que decidió venirse con nosotros. Un buen tipo.

 

El bueno de Francis (algo movido, el pobre)

 

VIERNES

 

El viernes por la mañana Emil y yo repetimos en Midtown, el gimnasio de gran calidad. Otro poquito de pesas y un poco de baloncesto, antes de que Jan venga a buscarme. Si, digo a buscarme porque Emil tiene cosas que hacer, así que esta tarde la voy a pasar con Jan. Tras ir a comer algo ligero, me pregunta que si me apetece ver la catedral de Montreal, el oratorio de St. Joseph’s. Como no he hecho nada de turismo «cultural» desde que hemos llegado, más allá de ir de compras por el Downtown, me parece una buena idea. Así que me lleva hasta allí:

St. Joshep’s

 

La catedral en si está situada en el mismo Monte Real de la ciudad, donde, como ya he explicado al principio de la entrada, está situada la cruz cuya altura no puede ser superada. La catedral es Católica, y en sus inicios fue una pequeña capilla (que ahora está separa de la catedral en si) dirigida por el Hermano André.

Este párroco es, hoy en día, un icono muy importante de la cultura religiosa de Montreal, y su imagen está por todos lados en la catedral en si. No en vano, fue beatificado por Juan Pablo II en 1982. Entre otras cosas, además de estatuas varias en su nombre, tienen hasta su corazón (si, el de verdad) expuesto cual artefacto sagrado…

 

El corazón del susodicho

 

El hermano André

 

El interior de la catedral

 

La pequeña capilla que comenzó todo

 

Tras la tarde de deporte y turismo, más deporte. Pero esta vez de espectadores: Nos vamos a ver un partido de la liga universitaria de Montreal, UQAM vs Bishop’s. Unos cuantos amigos que jugaron con Emil y Jan en CEGEP (algo así como Junior College en los states, para que nos entendamos. En España no tengo ni idea de cual sería el equivalente) juegan en UQAM. El partido es bastante interesante, y, pese a que UQAM parece dominar, al final de la primera parte el partido está bastante igualado, y nos regalan un final de infarto. Divertido, y lo más impresionante es ver como, no ya en los States, que se supone que la liga universitaria es importante, si no también en Canadá, las universidades cuidan tanto a sus equipos. 10 dolares de entrada si no eres de la Universidad, y la gente los paga. No puedo imaginar algo ni la mitad de parecido en León o en cualquier otro lugar.

Un poco más de Montreal nocturno (para variar), y, luego, a la camita. Mañana es el último día entero que voy a tener el placer de disfrutar, así que a ver si descansamos bien.

 

SÁBADO

 

El sábado me despierto y miro el reloj. Las 4 de la tarde. Wow. Emil baja a buscarme a la habitación y me dice que, por una vez, no me quejaré de que he dormido poco, ¿verdad?. Pues no, no me quejo. Me cuenta el plan para hoy: Ir a merendar/cenar a casa de sus hermanos, y luego salir de fiesta, para variar. Pero esta vez a un Club, como los que salen en los videos de Usher, y tal. Y yo, encantado.

Así que vamos andando hasta casa de sus hermanos, ya que está relativamente cerca, y cuando llegamos, el recibimiento no puede ser más agradable: todo abrazos y buenas palabras. La verdad es que son buena gente, y pasamos una muy buena tarde, comiendo poutine, conversando sobre música y otros temas, y viendo un par de vídeos del youtube.

El video (o par de videos) que fue protagonista esa tarde es el del ínclito Antoine Dodson. No sé si lo conoceréis, pero por si acaso los voy a reproducir aquí:

El primero es una noticia REAL de la televisión estadounidense. Al parecer, en un vecindario, un hombre escaló hasta una ventana e intento forzar a una chica, pero el pastel se descubrió y tuvo que huir. Los reporteros cuentan la historia y entrevistan a Antoine Dodson, hermano de la chica.

 

 

El segundo video es un remix que hicieron de las declaraciones de Antoine. Es un asunto serio, es cierto, pero alguien pensó que el hombrecillo parecía cantar en vez de hablar, y colgó este otro video en youtube:

 

 

Así, que, entre unas cosas y otras, la tarde se nos pasó volando. Casi 5 horas de charla tocando varios temas, intentando aprender francés y español, pero hablando en inglés… Pero llega la hora de despedirse e ir a casa a cambiarse, ¡ya que toca ir al club!

Nos ponemos guapos, un poco de maquillaje (es broma), nuestras mejores sonrisas, y en taxi al downtown. El primer club al que me llevan está dentro de un hotel, y, pese a ser pequeño es impresionante. Sillones de cuero, la iluminación muy cuidada… Eso si, todo muy caro, así que no duramos mucho más de 10 minutos.

Nos vamos a la calle de los clubs (algo así como el Barrio Húmedo leonés) y ya nos metemos al club en el cual vamos a estar toda la noche. Se llama Tokyo, y, la verdad, no hay tanta diferencia entre este tipo de club y los «pubs» españoles. La mayor, la música: mucho hip hop y R&B. Ni punto de comparación. De vez en cuando algo de música latina, pero prácticamente inexistente. Kanye West, Drake, Lil Wayne, Rihanna, Jay-z, Alicia Keys, Usher, Ne-Yo… Os lo podéis imaginar. Drake y Kanye West son los que mas se escuchan ahora por aquí, tanto en Canada como en USA, merced al ultimo álbum del segundo.

 

\»All of the lights, all of the lights\»

 

Así pues, entre canción y canción, transcurre el tiempo, y a las 3 y media, o así, nos echan del local. La hora de cerrar, recoger e irse para casa después de comer algo, que después de tanto baile el estómago esta hambriento. Y más nos vale descansar bien, porque el domingo hay que volver a Fort Kent; entrenamiento a las 7 de la tarde y casi 6 horas de viaje.

 

FORT KENT, DE NUEVO

 

Por suerte llegamos de vuelta a Fort Kent sin ningún percance carreteril, cantando en el coche y con buen humor. Pero cansados, eso si. Nos toca entrenar en el instituto cuando llegamos, ya que la uni sigue cerrada, y nos ponemos a ello deseando que se acabe lo más rápido posible para irnos a descansar. Al final, no es tan malo como parecía, y es bueno volver a ver a los compañeros de equipo después de casi una semana fuera.

 

HUSSON TOURNAMENT

 

Y toda la semana hemos estado trabajando, de trabajos finales y exámenes casi finales, esa ha sido la razón por la que he tardado tanto en actualizar, entre otras. En 10 días se acaba el semestre, como quien dice, y estamos más atareados que nunca.

Además, mañana, sábado, y el domingo, nos vamos a Husson University, a jugar un pequeño torneo de dos días. Va a ser mi vuelta a las canchas desde que me lesionara en el primer partido de temporada, así que a ver que tal. Ya he estado entrenando de forma normal, pero los partidos siempre son bastante más diferentes. Esperemos que funcione bien. Ya os contaré en la próxima entrada, que, pese a los exámenes, espero sea mas pronto que tarde.

 

Un saludo desde el norte!

 


This is the USA (II)

Ha sido bastante más que mañana o pasado, ya lo sé. Pero no me echéis mucha bronca, porque la vida es más complicada aquí por momentos (no complicada, pero si ajetreada). Más trabajos, exámenes acercándose… Y es que queda nada para el fin del semestre, y más si tenemos en cuenta que el próximo miércoles se cortan las clases por Acción de Gracias. Así que, haciendo cuentas, quedan 20 días escasos para las notas, para que todo se acabe, y hay que ir apurando.

Pero bueno, vamos a seguir con lo que andaba contando en la entrada anterior, si os parece. ¿NY, verdad?

 

PALIZA DE VIAJE

 

Así que ahí andamos, metidos en una camioneta y un coche, respectivamente, y nos dirigimos al Empire State. Como ya dije, por suerte pillé el sitio bueno (usando la sucia táctica de mi lesión de rodilla) y de esta forma las 14 horas (si, 14 horas) de viaje se me hicieron mas llevaderas. Pero de cualquier manera, el viaje fue horrible. el mas largo que hemos tenido hasta ahora, y probablemente uno de los mas largos, o el mas largo que vamos a tener en toda la temporada. Y con la mala suerte de tener que usar la camioneta. Todo se junta, a veces (echadle la bronca a Murphy).

 

Kevin y Emil en una de las múltiples paradas. Podría decir que tienen esa cara del cansancio del viaje…. Pero no.

 

Tras 4 paradas, visitas a KFC, Wendy’s, e Irvings, al final llegamos a nuestro destino esta noche: Syracuse. Por desgracia, Syracuse en si misma es mucho más que la ciudad universitaria, así que todas nuestras ideas de (volver en mi caso) ver el Carrier Dome se tornaron falsas. No pasa nada, porque a lo que veníamos es a jugar, así que al hotel, a ver un par de partidillos de la NBA en la tele, y a dormir para prepararse para el siguiente partido.

A la mañana siguiente nos vamos al comedor del hotel y desayunamos «continentalmente» de nuevo. Vamos, waffles, bagels, leche con cereales y poco mas. Luego a las habitaciones media hora, a relajarse un poco y a recoger las cosas, pues vamos a cambiar de hotel para la próxima noche, y vamos a ir allí justo después de la sesión de tiro.

Daemen College nos da la bienvenida (el edificio en si, no el equipo. el equipo nos dará otra cosa más tarde). Entramos y nos cambiamos (bueno, yo no) y ponemos en marcha la sesión matinal de tiro, con un par de repasos técnico-tácticos incluidos de cara al partido de  la tarde. Vamos a jugar dos partidos en dos días, así que tampoco es plan de cansarse mucho.

 

Respasando conceptos

Vuelta a nuestro nuevo hotel, tras comer ligerito de McDonalds, y a echar la siesta antes del partido. No es buena echarla muy larga, porque luego estás atontado, pero hay que descansar. Incluso si no quieres dormir, quédate en la cama tirado, pero descansa.

A la hora H cogemos nuestras cosas y a la camioneta de nuevo. Llegamos a Daemen College ne 10 minutos, y el otro partido con los otros dos integrantes del torneo está en juego, así que nos sentamos a analizar a nuestros próximos rivales. Lo que yo veo es un juego mucho mas rápido y físico que cualquier cosa que hayamos visto antes (solo hemos jugado contra canadienses, excepto la prep school), aunque hay muchos mas fallos, debido a esa velocidad. Si os digo la verdad, me asustó un poquito. Y el tiempo me daría la razón…

Acaba su partido y nosotros empezamos  calentar. Yo me pongo a mi función de estadístico ahora que estoy lesionado, y el partido empieza.

Horrible.

HORRIBLE.

Salimos fatal, y practicamente no conseguimos pasar la pelota de medio campo. Su presión nos mata, y, unido a un arbitraje un poco caserillo (aunque ni de lejos es la razón principal), hace que Daemen College se vaya 18-0 los 4 primeros minutos. ¡¡18-0!! Damn. Nuestros tres primeros puntos provienen del que, estando yo lesionado, es nuestro sexto hombre, Adam. Un triple abierto que parece despertarnos un poco, tanto qeu llegamos a ponernos 18-8, o algo por el estilo.

Pero todo es un espejismo. Nada de nada. El partido vuelve a sus derroteros originales, y la distancia se va incrementando. Nuestro equipo hace aguas por todos los lados, y nos meten puntos de todos los colores. Contrataques, triples, tiros de media distancia, bandejas totalmente solos porque el lado débil no está posicionado… Un bochorno. Ni siquiera el descanso consigue arreglar algo…

Al final, nos doblan en puntuación. 88-44. La diferencia más grande desde que llegue a la universidad (en el cole creo que el Colegio Leonés tiene el record con 100 puntos. Si, 100) y el equipo está totalmente deprimido. Pero yo croe que nos ha venido bien, la verdad. Mejor que nos diéramos cuenta de que no somos tan buenos a estas alturas de temporada. Si aprendes de los errores, se convierten en experiencias, así que a trabajar en ello.

Vuelta al hotel y a la cama. No hay ganas de mucho más, así que lo mejor es dormir y olvidarse de todo, que mañana hay que volver a jugar.

A la mañana siguiente otra sesioncita de tiro más, también ligera, y charla sobre el partido anterior. Repaso a los errores (muchos) y a las acciones positivas (pocas) y poco más. Hay que estar centrados.

 

Emiliano en su concentración pre tiro libre

Tras la sesión, tenemos un desayuno/brunch de buen rollo en la misma universidad, cortesía del equipo de baloncesto. Así que vamos a la cafetería, y bueno, que decir: La diferencia entre una universidad potente de DII y una como la nuestra se nota hasta en los más mínimos detalles. Una cafetería inmensa, con una banda de música amenizando el desayuno, y una cantidad de variedades diferentes de comida inmensa. Nada que reprochar, la verdad. De nuevo, a comer ligerito (yo no, que no juego…Mmmmm bacooooon) y para el hotel a echar una siestita antes del segundo partido.

El segundo partido comienza, y parece que mejor. Salimos mas centrados y no tenemos tantos problemas para pasar de medio campo, e incluso hacemos alguna jugada hasta el final. Pero aún así, antes del descanso cogen una ventaja cómoda, y durante todo el partido se mueven en torno a los 12 puntos arriba. Los últimos cinco minutos de partido intentamos alcanzarlos, pero el poco acierto en el tiro provoca contraataques fáciles para ellos, y hace que al ventaja final sea más abultada.

En cualquier caso, dos derrotas seguidas. Y si, this is the USA. Nada de equipos canadienses flojillos, no es lo mismo. Estos dos equipos son unos fijos del campeonato nacional, y nos queda muuuucho trabajo por delante para poder siquiera jugar mano a mano con ellos.

 

VUELTA A CASA

Hacemos noche en New Hampshire, y a la mañana siguiente prontito salimos para Fort Kent. Echan Jackass 3D (pero sin 3D) en el cine del pueblo y los chicos no quieren perdérsela, así que los conductores aprietan el acelerador. Al final lo conseguimos, y la mayoría se van al cine. Yo me voy un poco al gimnasio, a ver si adelanto mi recuperación de rodilla y de paso pongo algo de músculo en el cuerpo, y luego a dormir, que estoy cansado del viaje, incluso aunque no haya jugado. Solo espero que los chicos sepan aprender, todos, como un equipo (yo incluido) de los errores, y salir todos juntos hacia adelante.

 

SEGUIMOS CON LA VIDA ACADÉMICA

 

Y tras cuatro días fuera de casa, vuelta a la realidad. El siguiente fin de semana volvemos a marchar, y ya ha pasado, pero os lo contaré mañana (o el domingo, y esta vez va en serio) porque me toca cerrar el gimnasio, y hay un poquillo de fiesta en la cafetería (hasta las 12!! mejor me doy prisa), así que voy a ver un poco que se cuece.

Un saludo a todos, y buenos días 🙂

 

P.D: A todo esto, mañana a las 11 de la mañana (17 hora española) los chicos de soccer juegan la primera ronda de los Nacionales (Div I) de la NAIA aquí en la uni. Yo voy a trabajar en el partido así que no podré animar. Deseadles suerte, que si ganan se van a Alabama!


This is the USA

Hola hola hola, queridos amigos. Iba a titular esta entrada «Las bicicletas no son para el verano», porque últimamente lo único que estoy haciendo es bicicleta (estática, eso si). Pero los sucesos acaecidos en Amherst, NY, este fin de semana me han obligado a titular la entrada de hoy con este contundente nombre. This is the USA.

Dejadme que os explique un poco mientras me pongo calorcito en la rodilla en la sala del fisio antes de ponerme a currar para mi vuelta a las canchas.

Han pasado muchas cosas. Hemos jugado 4 partidos desde la última vez que escribí aquí: Dos en Canadá (Sackville y la Isla del Príncipe Eduardo), y otros dos en un torneo en Daemen College, en NY. Entre unos y otros ha transcurrido una pequeña semana de 3 días en los que hemos tenido las primeras nevadas del año (aunque ninguna ha cuajado de verdad); el invierno ya ha llegado a Fort Kent. Y es que la mayoría de los días transcurren entre 29-32 grados Fahrenheit (que, para que os hagáis una idea, son -1,6 y 0 grados Celsius respectivamente, creo). Pero no me quejo. La calefacción en casa funciona, y, de todas formas, no paso mucho tiempo en la calle: De casa a clase, de clase a la cafeteria, de la cafeteria a casa, de casa al gimnasio, del gimnasio a la cafeteria… Y poca cosa más. Las ventajas de vivir a 30 segundos de la uni, supongo.

SACKVILLE Y PEI

Así que nos subimos en el bus del equipo a las 8 de la mañana, con un paso previo por la cafetería para comprar un par de cosillas para el viaje, y desayunar a tope. Cuando estamos dentro del bus (que no está mal, es una especie de micro bus, pero tiene bastante espacio entre los asientos. Eso si, a mi me toca compartir dos asientos con Jan, pero nos arreglamos, más o menos) entra un hombre que, al parecer, es del periódico de la zona (St.John’s Valley) y nos saca una foto. Aquí os la pongo, aunque, probablemente, sea una de las peores fotos de la historia:

De izquierda a derecha, primera fila: Emiliano, Darryl, Tom, Kevin, yo y Adam. Segunda fila: Manny, Jamar, Jan (encorvado) y TJ. En primer plano esta Harvey, el delegado del equipo (aquí lo llaman manager)

 

Así que nos sacan la foto y comienza un viaje bastante largo. Si cuando jugaba con la uni en primera nacional el viaje a Segovia nos parecía horrible, y eran 4 horas, este viaje es realmente matador: 7 horas con una parada de 15 minutos entre medias. Y en cuanto llegamos, a jugar el partido. Nada de dormir antes y jugar por la mañana; derechitos.

La universidad está muy bien, con edificios de estilo victoriano, y el gimnasio es parecido al nuestro. Nada impresionante pero tampoco pequeño. Otra vez más, todos los componentes del equipo contrario son blancos. Y, al menos a primera vista, nada espectaculares. Pero los primeros compases del partido nos hacen ver que, si bien no son un dechado de virtudes técnicas, todos, y cuando digo todos, quiero decir TODOS, pueden tirar de tres. Es más, es prácticamente todo lo que hacen. Tirar y tirar y tirar. Eso si, en ningún momento el partido se nos va de las manos, y siempre estamos en una cómoda ventaja. Victoria para el bolsillo. 2-0.

tras el partido, y después de intentar ligotear con algunas de las chicas del campus, nos vamos para el bus. Nos esperan 3 o 4 horitas de viaje hasta la Isla del Príncipe Eduardo (quizás a alguien le suene de ciertas novelas). Esta Isla tiene algo curioso, y es que está unida a territorio Canadiense por un puente, el puente de la Confederación, que creo es el octavo más largo del mundo, con una distancia de 13 kilómetros.

Aunque sinceramente, yo diría que mide más. Al menos a mi se me hizo eterno cuando lo cruzamos. Pero, al final, llegamos sanos y salvos, pese al viento (ya que las condiciones climáticas de la zona donde esta construido son bastante agresivas), y nos hospedamos en una de las miles «Comfort Inn» que hay distribuidas por toda américa.

A la mañana siguiente, tras tomar un desayuno «continental» (vamos, leche, zumo, y waffles con sirope de arce. Esa es la continentalidad estadounidense) nos fuimos corriendo, antes del partido, a un outlet deportivo que había cerca del hotel. Casi nadie compro nada, eso si. Pero total, por dar un paseo no va a pasar nada.

Como se puso a llover a mares (que raro por esta zona, ¿no? NO.) el coach tuvo que venir a buscarnos con el bus (ah, se me había olvidado, ¿verdad? el entrenador es el que conduce, nada de conductores de verdad. Intrusismo profesional de primera clase) y nos dirigimos a Holland College, a jugar contra nuestro próximo rival.

Por alguna razón (no me preguntéis porque no tengo ni idea) en vez de jugar en su gimnasio, jugamos en el gimnasio de un instituto cercano a la universidad. El parqué era bastante regulero y las canastas estaban un poquito bajas, pero no estamos para quejarnos.

 

Kevin haciendo el Usain Bolt en el gimnasio del instituto antes del partido.

 

Llega el equipo de Holland y bueno, tiene mejor pinta. Tienen tres jugadores negros que se marcan unos buenos mates en la rueda de calentamiento, y parecen un equipo más completo. Y cuando el partido comienza así parece ser: su mejor jugador anota 10 puntos seguidos, con dos triples y dos tiros de media distancia, y es secundado bien por los tiros de sus compañeros. Pero, tras un tiempo muerto y tratando de centrar la defensa sobre su mejor jugador, conseguimos irnos al descanso 16 puntos arriba, distancia que prácticamente no se mueve hasta el final del partido.

Así que tras la tercera victoria consecutiva, nos disponemos a volver a Fort Kent. Pero hace mucho viento, y está prohibido cruzar el puente de la Confederación. Una hora después, sigue estando prohibido. Dos horas después, aún no se puede… Al final, tras unas cinco horas de espera (durante las cuales nos tragamos un documental sobre Larry Bird y Magic Johnson, y otra película sobre baloncesto), nos dejan cruzar el punte. Y entonces, entendemos lo del viento. Porque el bus se mueve mientras el entrenador conduce hacia el otro lado. Y la puerta del bus se mueve también, con los empujones del viento. Y practicamente tienes que gritar para que se te oiga, del ruido que hay. No quiero ni imaginarme como debía ser antes, cuando no nos dejaban pasar.

Me pongo cómodo y, cuando lo cruzamos del todo (no es que tuviera miedo, pero mejor estar despierto si nos caemos al mar y tengo que luchar por mi vida para salir el primero a la superficie contra mis musculados compañeros de equipo), me quedo sopa. Un par de paradas después para repostar (gasolina y comida, claro) y 8 horas después, llegamos a Fort Kent a las 3 de la mañana. Entro por la puerta, tiro todas las cosas al suelo, y me tiro en la cama. Buenas noches, Maine.

 

LA SEMANA MAS CORTA

 

Lo dicho. Al día siguiente no voy a clase (entendedme, estaba muy cansado. Mamá, no leas esto). Me quedo durmiendo hasta las 2 o las 3, y luego me marcho al gimnasio a mirar que tal va mi rodilla con el fisio. Ya no llevo las muletas, y ando sin dolor, pero la noto bastante inestable, así que todo lo que me manda hacer es bicicleta.

A la clase de la tarde, First Year Experience, si que voy. Me toca hacer una exposición (mi primera exposición en inglés en público) y no me sale nada mal. Es sobre mi «Major», y el por qué escogí UMFK para estudiar. El ambiente de la clase, el mas distendido de todas con diferencia, ayuda, y pasamos un buen rato. Luego, de vuelta al gimnasio a hacer un poco de pesas y algo de bici, y a dormir.

El martes si que hay clase, así que toca madrugar para ir a Sociología, y, luego, a mi preferida, Inglés. A la hora del entrenamiento me toca hacer bicicleta de nuevo, para variar, y después a la biblioteca: Vamos a estar desde el jueves hasta el domingo de viaje, así que hay que intentar adelantar un poco de trabajo para no tenerlo luego todo junto.

El miércoles es mi día libre de la semana, así que un poquito más de biblioteca y más bicicleta y pesas. A ver si, por lo menos, cuando vuelva estoy un poquillo mas fuerte, y que mi lesión no sea en vano del todo.

 

VIAJE A NY (PERO NO NYC)

 

8 a.m. de nuevo. El gimnasio, de nuevo. Pero llegamos allí y cual es nuestra sorpresa… Esta vez no hay bus. Bueno, miento; si que lo hay. Pero está ocupado por los chicos de soccer (fúrgol, para que nos entendamos), que van hacia el campeonato nacional de la USCAA. Así que suponemos que es una buena razón para que nos toque viajar en Van (o, en español de pueblo, fragoneta. Sin maracatones, eso sí) y en coche. Porque no cabemos todos en una sola furgoneta, claro.

Por suerte, yo me cojo el sitio donde puedo estirar mis piernas entre los dos asientos del conductor, y, por suerte, no viene ningún fotógrafo a sacarnos fotos para el periódico, porque sería algo cutre. Pero yo tenía mi cámara a mano:

 

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

 

Ahí teneis a los 4 canadienses del equipo. Todos de Montreal. Ya conoceis a Emiliano y a Jan, y deberíais conocer a Kevin, pero por si no podeis asociarlo, es el que tiene un bonito gorro de humauaqueño. El otro es Jamar.

Y por ahora voy a parar, porque ya es de una extensión suficiente y no quiero aburriros. Además, mañana tengo examen de Sociología y, aunque empecé a escribir esta entrada en la sala del fisio, ahora mismo estoy en la biblioteca estudiando con Jan. No os impacientéis, que mañana o pasado escribiré la segunda parte de la entrada, de nuestras aventuras y desventuras (sobre todo desventuras) en el Empire State (que así es como llaman al estado de NY, no es que hayamos estado en el renombrado monumento).

Así pues, sin más dilación

See you soon, folks!


Una serie de catastróficas desdichas

Bueno, no tantas, no nos engañemos. Sólo una. Pero a nadie le hace gracia lesionarse, de eso estoy seguro. Y menos si es de la misma rodilla de la que estuviste lesionado hace un año y medio.

Peeeeero, vayamos por orden, porque la última entrada que tengo publicada es del 13, ¡13! de octubre. Hace casi una vida. Y han pasado muchas cosas desde aquella entrada. No era mi intención, ni mucho menos, retrasar tanto la siguiente, pero entre unas cosas y otras ha ido ocurriendo, y ocurriendo, y retrasándose, hasta que hoy me he dicho «¡Venga hombre! ya va siendo hora de que hagas algo de provecho».

Y aquí estoy, a las 2 de la mañana, hora estadounidense (buenos días españolitos, ojalá el cielo esté radiante y haga un buen día a las 8 de la mañana; muchos llevareis levantados ya un ratillo, otros os estaréis levantando para ir al insti o la uni, y, los mas vagos, no se levantarán hasta dentro de un buen rato, o, quizás, ni siquiera se han acostado. Ay, como añoro esos jueves universitarios) escribiendo antes de irme a dormir un ratillo. Pero centrémonos.

LEE ACADEMY PREP-SCHOOL

Tras la corta, pero intensa pretemporada, el día 17 de octubre tuvo lugar nuestro primer partido amistoso (y único) de la temporada. El rival, un Prep-School de Lee, Maine, contra el que nuestra Uni juega todos los años en pretemporada. Al parecer, el entrenador de Lee está vinculado de alguna forma a la Universidad (no lo sé muy bien) y tiene lazos con nuestro coach, de ahí la competición en pretemporada año tras año.

¿Qué es un Prep-School? Un Prep-School viene a ser un colegio privado (con gastos de matrícula bastante altos) con una preparación especial de sus alumnos con vistas a su carrera universitaria. En el ámbito baloncestístico esto significa que, generalmente, estos chicos que van a un Prep-School están ahí con vistas a enrolarse, en un futuro no muy lejano, en una universidad de la NCAA, generalmente de División I. Creo que hay algún especialista en NCAA leyendo el blog, así que si digo algo mal ruego se me corrija.

Según mi experiencia, esto se traduce en un equipo con gente realmente grande (tenían un par o tres de 6’9», que viene a ser 2,05, y un 7′, que viene a ser 2,13, aunque visto en vivo y en directo dudo bastante que midiese tanto) y físicos y técnica bastante buena; pero jóvenes, jovencitos.

Salí de titular, lo que me sorprendió un poquito, aunque me lo esperaba por como había estado trabajando cada día, y el partido comenzó.

¿Qué puedo decir de mis sensaciones en mi primer partido en USA? Pues que no empecé demasiado inspirado en ataque, que el nivel físico me costó un poco, y que se ve que estos chicos tienen unas miras más altas que NAIA II; el tipo de juego, con mucho contacto, y, en ocasiones, hasta con cierto juego sucio, lo ejemplifica.

Me fui al banco por primera vez con dos puntos en mi haber, si no recuerdo mal, habiendo fallado un triple y una bandeja, y realmente cansado de defender a tope.

Cuando volví a salir, empezamos a jugar de lujo, hasta irnos 16 arriba antes de que los reservas salieran. El descanso llegó con 12 puntos arriba, aproximadamente; una pena porque había dado la impresión de que nos podíamos haber ido con una renta de 20 arriba.

El partido se reanudó y siguió la misma tónica, con una ventaja oscilante entre los 12 y los 15, hasta que por problemas de faltas en varios de nuestros jugadores (incluido yo), tuvimos que hacer cambios. Resultado, de 15 arriba a 6 arriba en prácticamente 2 minutos.

La ventaja parecía consumirse pero volvimos a la cancha los titulares y la cosa empezóa  funcionar bastante mejor. El último minuto, con gran acierto en los tiros libres por nuestra parte, hizo que nos llevásemos el partido. Tanteo final 91-83, y la primera victoria contra Lee Academy en la historia de UMFK. Las cosas no empezaban mal. Eso sí, tuvimos 28 pérdidas, algo que va a haber que intentar rebajar como sea.

(Ojalá pudiera enseñaros fotos del partido, y esta es una de las razones por las que no actualicé antes; estaba esperando a que nos pasaran algunas fotos. Pues no, no hay fotos. Ni una :/)

ELEGIBILITY

Tras el partido, en el que solo participamos10 jugadores, siguieron los problemas de elegibilidad. Jan, nuestro único pivot real, y jugador más alto del equipo, tuvo problemas respecto a sus notas del instituto. Sus problemas de elegibilidad no se han resuelto hasta anteayer, pero, al fin, está todo correcto y ya va a poder jugar.

Dutch, mi compañero de piso, también tiene problemas. Y lo suyo no se resuelve hasta el segundo semestre, hasta enero. Las cosas aquí funcionan diferente a en España, y si no cumples un mínimo de créditos de la universidad de un semestre para otro, la organización no te permite jugar. Al parecer, Dutch se queda 2 créditos corto para este semestre, lo que es un contratiempo.

El tercer jugador del equipo que está teniendo problemas es JJ. Llamado a ser probablemente el mejor del equipo, estuvo yendo a clases en verano para poder tener la elegibilidad lista para este semestre, pero, al parecer, está teniendo problemas en la convalidación. Lo peor de todo, para él y para nosotros, es que el cogió las clases que el propio entrenador le había mandado para poder jugar ahora, y, al parecer, ahora no funciona. Estos días ha habido cambios; unos días parecía que iba a jugar en noviembre, otros días parecía que hasta enero nada… Anteayer me dijo que este fin de semana jugaría, pero ayer parecía otra vez «triste», y hoy ni siquiera entrenó, así que no se sabe todavía su situación.

VIDA DE ESTUDIANTE

Porque no todo iba a ser baloncesto. También nos toca estudiar. Y, hace una semana, me llegó una carta de la profesora de Antropología, diciendo que solo había ido un día a su clase y que no estaba haciendo los deberes ni llevaba el trabajo al día. Curioso cuanto menos, porque he ido a todas sus clases menos una. Así que decidí contestarla, y, de buenas maneras, llegamos a la conclusión de que si que había ido a clase, pero que eso era lo de menos; el hecho es que llevábamos 12 tests hechos y yo no había hecho ninguno.

Claro, no hemos hecho ninguno en clase. Y yo me preguntaba de donde iba a sacar las notas esta señorita si no hacemos nada mas que escucharla a ellla… Así que me metí en internet, en la web de la uni, y, ¡voilà!, ahí están todos los test que tenía que haber hecho (y que nadie me había dicho; o quizás me lo dijeron a principio de curso y no me enteré ni de media, también es posible), así que tenía una semana para ponerme al día con los trabajos, ya que se acercaba la fecha límite para los «Mid Term Grades».

Así que los siguientes 4 días Tom y yo hicimos horas extra en la biblioteca, 5 o 6 al día, para lograr ponernos a la altura del resto del curso. Y lo logramos, con una nota prácticamente perfecta, tras dejarnos los ojos frente a los libros y al ordenador.

Las demás asignaturas van por su cauce; Matemáticas y los problemas, Sociología y las películas a discutir, Inglés y los trabajos… Todo bien, e, incluso, divertido.

SEASON OPENER

Y, así, el día 24 de este mismo mes, disputamos nuestro primer partido de temporada, nuestro «Season opener», como dicen por aquí.

El rival, la Universidad de St. Thomas, de New Brunswick, Canadá. Nada que ver con Lee Academy. Todos blancos. No demasiado altos. Musculados, eso si; pero poco más. Calentamos un poco, tirando y tal, a nuestro rollo (nos dejan calentar, excepto los últimos 20 minutos, como nos de la gana; con IPod, no calentar, sentarnos en la silla todo el rato… curioso; el calentamiento grupal, de equipo, es solo los últimos 20 minutos, cuando yo estoy acostumbrado, en España, a los 50 últimos minutos, aproximadamente)

Cuando faltan 35 minutos entramos al vestuario, y nos dan una hojita con un pequeño scouting del equipo contrario. No dice demasiada cosa, porque, al parecer, han perdido a sus tres máximos anotadores del año pasado, y no han jugado muchos partidos esta temporada, así que no hay de donde sacar.

En la pizarra, escritos los objetivos de hoy y el quinteto titular. Algo bueno: vuelvo a salir de alero titular. Genial.

La charla transcurre rápida y directa, con un breve repaso a los objetivos que nos marcamos para esta temporada (+ de 20 victorias durante la temporada, ganar la Sunrise Conference, y ser un «contender» en el Campeonato Final) y una palabra, EQUIPO.

Tras la charla salimos concentrados y comenzamos el calentamiento común, y empieza el partido.

Hay bastante gente (bastante más que contra Lee), y un buen ambiente. El partido comienza, y en los 2 primeros minutos endosamos un 12-2 de parcial, llegando a ir 18-4, si no recuerdo mal. Empiezo con un 2+1 (pero fallando el tiro libre, por desgracia) y otra bandeja, y defendiendo bien y provocando pérdidas. en el minuto 13 me voy al banco (aquí se juegan con 2 tiempos de 20 minutos) y vuelvo a salir cuando quedan 8, más o menos. Sigo defendiendo, fallo un aro pasado, y, entonces, en la lucha por el rebote, se repite la misma acción que me haría estar sin jugar practicamente 3 meses, hace un año y medio: Un jugador del equipo contrario cae sobre mi pierna derecha, haciendo que mi rodilla se doble hacia dentro. Siento un «chas», y un intenso dolor me recorre la pierna mientras caigo al suelo. Desde el primer segundo sé que no voy a seguir jugando el partido, y quien sabe cuanto más tiempo.

Se para y el fisio me ayuda a levantarme y me llevan a la camilla. Me pregunta como me siento, y donde me duele. Se lo explico, y me trae un poco de hielo. Me dice que no parece que haya nada roto de verdad, y que eso es bueno.

Mientras tanto, el partido sigue, y nuestra ventaja oscila entre los 22 y los 18. Si os digo mi impresión, el partido estaba roto desde aproximadamente el minuto 5. De cualquier forma, se alternan unas buenas jugadas, con mates incluidos, que hacen disfrutar al público.

Cuando llega el descanso, intento andar, y puedo hacerlo con un ligero dolor, si voy con cuidado. Según el fisio son noticias geniales, así que quizá no es tan malo como pensé en un principio; desde luego, el dolor es mucho menor que la otra vez, si mi memoria no me engaña.

A la vuelta del descanso el partido sigue igual, y terminamos ganando 92-72 (aquí la crónica del partido: http://athletics.umfk.maine.edu/game/341/1/ ) sin mucha más historia, excepto cierto pique entre jugadores que acaba con un mate y la grada extasiada.

Buenas sensaciones para el primer partido, aunque seguimos teniendo bastantes pérdidas, y vamos a tener que vigilar mas nuestro comportamiento. 5 técnicas en todo el partido: 3 por «Jurar» (decir tacos, vaya), regla de la cual no tenía ni idea, una por quedarse agarrado del aro después de hacer un mate, y otra por encararse con un jugador (la jugada del mate) e incitar a la grada. La charla post partido del entrenador fue bastante dura en cuanto al apartado del comportamiento; en mi opinión, con razón. Ya veremos como se nos da en próximos partidos.

ON THE ROAD

Así que nada, de momento estoy parado. No se sabe muy bien que es lo que tengo, pero no parece muy grave, probablemente un esguince de rodilla. Así que vamos a ir tratandola todos los días (el hielo es omnipresente en mi vida ahora mismo) y, pese a que ando practicamente normal, e incluso podría correr sin cambios de dirección, vamos a ver como evoluciona la cosa, si necesitamos Rayos-X, o se cura solito.

Y mañana (bueno, en 5 horas) nos vamos de Road Trip. Tenemos dos partidos en Canadá, uno en New Brunswick, y otro en la Isla del Príncipe Eduardo (se que estás celosa, hermanita). Marchamos mañana viernes a las 8:30 de la mañana y volvemos el domingo de madrugada. Perdemos un día de clase (de cuyos deberes ya me he encargado) y la fiesta de Halloween de la Uni, pero, pese a que no voy a jugar (me encargaré de las estadísticas), tengo unas ganas tremendas del primer viaje de equipo en mi nueva aventura universitaria. Sé que en esta entrada no ha habido ninguna foto, así que ne la próxima espero poner unas cuantas (y quien sabe si algún video!). Todavía estoy esperando a ver si nos dan alguna foto del último partido. Si hay suerte, ya os las enseñaré.

Espero que todo vaya bien por el viejo continente, y lo siento por la tardanza. Un abrazo y saludos para todos!

P.D: Ya han actualizado parte de la página, al menos la plantilla y el calendario. Todavía no tenemos fotos de equipo, y al parecer van a tardar bastante, porque la quieren de la plantilla al completo, y probablemente solo esté completa en el segundo trimestre. De todas formas, si alguien quiere echarle un vistazo…

Calendario: http://athletics.umfk.maine.edu/schedule/1/

Plantilla: http://athletics.umfk.maine.edu/roster/1/ (si, he crecido. 6’6», chavales!)

Boas noites 🙂


Colombus day

Día de la Hispanidad. Llámalo X. El caso es que aquí también celebran el día que Cristobal Colón llegó a las Américas, así que también hemos tenido puente. Tenía pensado escribir antes, el domingo, pero la verdad que entre unas cosas y otras no he tenido ni tiempo ni ganas para ello. Así que ahora que tengo un poco de tiempo antes de irme a la cama aprovecho.

 

PRETEMPORADA

El entrenamiento físico la segunda semana siguió su guión. Cada día mas duro. Cada día mas tiempo en cada estación, cada día mas suicidios en menos tiempo, y, sobre todo, cada día mas «Up and under» en menos tiempo (Up and under es sprintar el largo del campo y volver. Al principio de la semana teníamos que hacer 9 en 12 segundos cada uno, y hemos terminado haciendo 14 en 11 segundos cada uno. Suele haber 10 o 15 segundos de descanso entre sprint y sprint, pero de cualquier forma es bastante cansado).

Las estaciones dejan de estar medidas por tiempo, y pasan a estar medidas por el tiempo que cada compañero tarda en hacer un suicidio. Esto el primer día. el segundo un suicidio y una linea más (es decir, suicidio, tiro libre de nuevo y fondo), siguiente día otra más, siguiente otra más, para acabar con dos sucidios el último día de físico. Sinceramente, es una puñeta, porque se trabaja mas tiempo que 45 segundos la mayoría de las veces, pero desde un punto de vista objetivo creo que es una buena idea, ya que se fomenta el trabajo de unos para otros. Es decir, si tu te esfuerzas y tardas poco en correr el suicidio, tus compañeros van a trabajar menos.

Al final de la semana, el viernes, todos estábamos muertos. Unos más, y otros menos, pero la mayoria habíamos trabajado bastante bien. Y, aunque a mi se me antoja una pretemporada corta en lo que al aspecto físico se refiere, veremos que tal funciona pronto.

En cuanto a la táctica de equipo, estamos empezando a meter algunas jugadas, además de la básica (una variación del triángulo de Winters y Phil Jackson, según nuestro entrenador), y un fondo y una banda. Nada nuevo, bastante parecido a lo que se ve en España, de hecho el fondo es prácticamente idéntico a uno de los que tenía el año pasado en la uni: Balón al poste, el poste al base arriba y el que ha sacado escoge entre ambos pivots.

Íbamos a tener el sábado y el domingo libres, pero la Liga en la que jugamos no permite entrenar en vacaciones oficiales (como el puente del día de la Hispanidad), así que hemos tenido partidillos los 4 días, desde el sábado hasta hoy mismo (que aquí todavía es martes). Nada reseñable, la verdad. Ya soy uno más, y aunque a veces se vuelvan locos y les de por jugarse «isolations» sin ton ni son, yo no soy menos.

 

ES UNA LATA EL TRABAJAR

O eso dice la canción. Ya os he hablado de mi trabajo antes, en el gimnasio, pero ahora os voy a explicar un poquito más a fondo en que consiste mi trabajo (aunque no tiene mucho misterio, la verdad).

 

¡Bienvenidos a MI gimnasio! (no, pero casi)

 

El trabajo está dentro de la ayuda económica de la universidad, y consiste, pretty much, en trabajar en todo lo relacionado con el deporte que tiene lugar en la uni.

Usualmente, todos los que trabajan en la parte deportiva tienen unas horas a la semana, normalmente 8, fijas, en las que trabajan (trabajamos) en el mostrador del gimnasio, tomando nota de todo el que entra para usarlo, vendiendo los pases de gimnasio para todo el que no sea estudiante (ya que es el mejor gimnasio de la ciudad, aunque no el único), y vigilando y limpiando de vez en cuando la sala de pesas.

 

Haciendo como que ordeno

 

Dependiendo de la hora en que te toque, también tienes que abrir o cerra el gimnasio. Yo trabajo de 6 a 10 los jueves y los viernes, casi siempre, así que me toca cerrar dos días a la semana. Como un pringadillo, pensareis algunos. Bueno, a veces si. Algún día que estoy realmente cansado y lo único que me apetece es llegar a casa y tirarme en la cama, si es un poco jodienda, no os voy a engañar. Además, también tiene el problema de que, trabajando de 6 a 10 y terminando de entrenar a las 5:30 casi todos los días, tengo que andar a prisas para poder comer algo, aunque he de decir que mis compis de equipo se portan y siempre me traen algo de comer de la cafeteria.

Pero los demás días es una maravilla. No se lo digais a nadie, pero, si el gimnasio está vacío a las 9:30, aprovecho y cierro las puertas, y me pongo a hacer pesas. Y, cuando termino, sobre las 10:15, aprovecho que el gimnasio es mío, apago las luces y cierro las ventanas, y me voy a la cancha. Cojo un balón y ale, a tirar. Muchos días me quedo hasta las 11 (a veces aprovechan Emil y Jan y se vienen también) tirando yo solo. Estiro, me relajo, apago las luces, y para casa. Es lo más parecido a tener una cancha privada (me recuerda a esa historia de Arenas con las llaves del gimnasio… no es lo mismo, pero menos da una piedra) que he tenido nunca, a 30 segundos de casa, aunque solo sea dos veces a la semana.

Así que, la verdad, no puedo quejarme de mi trabajo. Además son bastante laxos en el tema de la formalidad, así que puedes llevarte tu ordenador mientras estás en el mostrador, poner música, hacer los deberes, leer, y, por si nada de esto te atrae, suelen tener un televisión para pasar el rato. Ni una queja.

Las demás actividades se suelen reducir a partidos de fútbol (o soccer) o partidos de volley ball. Hacemos estadísticas, nos echamos unas risas, y vemos un poco de deporte. Además, nos dan palomitas gratis por trabajar para la universidad. Todo un chollo, como podéis ver.

En cuanto a los pagos, el sueldo no es malo para nada, y aquí pagan cada dos semanas, lo cual está bastante bien para tener un ritmo de ingresos mas constante y tener que controlar un poquillo más el dinero. Hace dos semanas tuve mi primer cheque (qué sensación!) y el próximo está a punto de caer.

 

TIEMPO LIBRE

Ya tengo algunas canciones en mi iPod, cortesía de Jan (no me puedo descargar canciones con la WiFi de la uni, que, por suerte, llega hasta mi casa, porque lo escanean todo y suelen pillarte. Para que nos quejemos en España), así que de vez en cuando, cuando no estoy extremadamente cansado (y, por lo tanto, en la cama) o en la biblioteca (donde paso bastante tiempo al día), me voy a pasear escuchando música. Fort Kent es más grande de lo que creía a priori, y no hay día que no descubra una calle nueva o un nuevo lugar. Y la verdad es que, ahora, en otoño, la ciudad esta preciosa, con todos esos árboles de diferentes colores iluminados por el sol (eso si, cuando no llueve). Así que es una forma como otra cualquiera de pasar el rato.


Ya, el follaje otoñal no se aprecia muy bien… Pero ¿A que mola mi pose informal?

 

Además, también hacemos cosas de equipo. Damos una vuelta, cenamos juntos de vez en cuando o vamos hasta el 24 horas a comprar algo y hablar de la vida (y de baloncesto, sobre todo de baloncesto), o lo que sea. Pero últimamente lo que hacemos mucho es quedar para jugar al 2K11. Es como una fiebre aquí en Estados Unidos. Todo el mundo tiene su PS3 y su pantalla plana gigante que prácticamente solo utilizan para jugar a la consola. Y el 2k11 es el rey de los juegos. El día que salía a la venta, medio equipo lo tenía en su casa, merced a un «pre-order» que habían hecho. Y el otro medio no porque todavía no tiene su PS3 aquí. Es increíble, lo llevan por el libro.

A parte de todo esto, algo que intentamos hacer todos los domingos todos los miembros del equipo es ir a la famosa película universitaria, por un dollar con palomitas gratis.

 

El cine de moda en Fort Kent. Bueno, el único.

 

Este domingo tocaba una de miedo, la última de Resident Evil. Lo que prometía ser una noche de diversión, disparos, y sesos volando, se quedó en una noche de disparos y sesos volando, porque la película tenía menos sentido que llevar chanclas en invierno. Deberían ponerla como comedia en vez de película de acción/terror. Menudo despropósito de película, en serio, no hay por donde cogerla. Eso si, las risas que nos echamos, impagables.

 

SI TE FUERA A APUÑALAR CON EN EL CUELLO…

Te pegaría en la cara antes de que lo hicieras.

Esa es la única conversación que he tenido con la profesora de antropología en lo que llevamos de curso. Estaba explicando las cualidades de unos brazos que se pueden mover en cualquier dirección dentro de la evolución de los humanos cuando, de repente, me lanza esa pregunta.

Sinceramente, creo que es una asignatura interesante, pero como muchas veces pasa, el profesor tiene la responsabilidad de convertir esa clase en aún más interesante. La profesora de antropología no lo consigue, excepto con 5 personas de la primera fila con quienes intercambia chanzas y bromas cada 10 minutos.

Por suerte, es la única clase de las 5 que tengo que me disgusta. Sociología es interesante también, la profesora es bastante más competente en mi opinión, y sabe cuando es necesario un punto de humor, en vez de intentar ser graciosa todo el tiempo. También ayuda que estamos sentados en mesas amplias, de 3 a 6 alumnos en cada una, con lo que el intercambio de opiniones y puntos de vista se hace más fácil y dinámico.

La tercera clase, que puede ser perfectamente el contrapunto de Antropología, es Finite Math I: El ejemplo de como se puede hacer de una asignatura, a priori aburrida (al menos para mi), interesante e incluso divertida. El profesor tiene mucho que decir en estos casos, no hay duda alguna. Y Roger lo hace a la perfección.

 

La vista del campus desde la ventana de casa. Tengo Antro y Sociología en el edificio rojo en primer plano.

 

English Composition I es mi preferida. Absolutamente increíble. Cómo aprender de todo el pensamiento universal, discutir sobre ello y compartir opiniones y consejos y directrices para escribir trabajos que te ayuden para las demás clases, y todo esto aderezado con trabajos de escritura creativa y sesiones de escritura libre al principio de cada clase, en una sola asignatura. Gran trabajo el que hace la profesora (y la universidad en si) con esta clase. Ojalá durase mas de una hora y media… en serio.

La última clase es absolutamente de relax. Se llama First Year Experience, y esta dirigida a todos aquellos alumnos que llegan nuevos a la universidad. Es gracioso, porque pese a que yo he cursado 3 años en España, me han hecho apuntarme a esta. Y la verdad que no me arrepiento, ya que hacemos un poco de todo: Leemos en voz alta, estamos con los ordenadores mientras el profesor nos cuenta historias de la universidad, representamos obras de teatro… Algo así como actividades de estudio en el instituto, pero a lo grande.

Así que no me quejo mucho, pese a que tengo ganas de que empiece el próximo semestre para adentrarme más en mi «Major», English Language and Literature, ya que bastantes cosas de las que damos en las clases actuales no son nuevas para mi.

 

PRIMEROS PROBLEMAS

 

Hoy nos acaban de comunicar que dos de los jugadores del equipo no van a poder jugar este semestre debido a cuestiones académicas: no tienen los suficientes créditos que la universidad requiere para practicar deporte en competición.

¿Qué significa esto? Pues que, pese a que seguirán entrenando con nosotros y seguirán siendo miembros del equipo, no podemos contar con ellos hasta Enero, eso si han solucionado lo de sus asignaturas. Es una pena, porque además son buenos jugadores y sin duda deja al equipo algo tocado; pero cuando se cierra una puerta se abre una ventana, así que intentaremos aprovechar la oportunidad al máximo e intentar que no se les eche mucho en falta.

Y poquito más que decir. Se me ha hecho tarde, y, aunque mañana no tengo clase (¡vivan los miércoles!) será mejor que me vaya acostando. Todo sigue su ritmo; sigo tirando todas o casi todas las noches, sigo yendo al gimnasio 4 o 5 días a la semana, y sigo trabajando para mejorar en todos los aspectos. Veremos si surte efecto el próximo domingo, con nuestro primer partido (todavía no es oficial, pero servirá para hacernos una idea de a que nivel estamos) contra un Prep. School de la zona.

Escribiré sobre el partido después de jugarlo, pero mañana tenemos reunión de equipo (y quizás nos den la ropa y hagamos las fotos, no lo sé) así que probablemente escriba de nuevo pronto.

 

Un saludo a todos desde el norte 🙂


Sangre y sudor (pero no lágrimas)

Domingo, el día del señor. Si pensabais que aquí los domingos todo el mundo va a la iglesia, como en los Simpsons (yo también lo pensaba, tranquilos), estáis equivocados. Al menos yo no he visto a mucha gente acercándose a la Iglesia; puede que sea porque no miro a la hora adecuada, pero bueno.

Una de las Iglesias de Fort Kent

Fin de semana, y día de descanso (parcial, eso si; tenemos que hacer trabajo individual) en los 10 días de condicionamiento de pretemporada del equipo. No sé cuantos kilómetros (o millas) habremos hecho corriendo, pero no han sido precisamente pocos. Os cuento:

PRIMER DÍA


El nerviosismo se respira en el ambiente. Cuando llego al gimnasio, 30 minutos antes de la hora acordada, ya está prácticamente lleno. Estan todos, unos estirando, otros corriendo y tirando, otros simplemente sentados con los cascos de su IPod puestos y moviendo la cabeza al ritmo de la música. Llego, me cambio y me pongo a tirar un poco. El reloj está encendido, y tiene la cuenta atrás de los minutos que quedan para empezar. Cuando quedan 15 minutos, el entrenador entra en el gimnasio grapa un folio en el corcho. Inmediatamente, todo el equipo va a mirarlo: La planificación del día.

Al parecer, estaciones y suicidios es lo único que entiendo. Todas las demás cosas no sé a que se refiere o cual será su equivalencia al español, así que tendré que esperar a que lo hagamos.

La cosa empieza fuerte, y durante los primeros 45 minutos realmente lo paso mal. Estaciones con flexiones, saltos a tablero, saltos laterales o saltos en escalera, abdominales, desplazamientos laterales… 45 segundos cada una, dos vueltas. Después de las estaciones, suicidios. 5 suicidios en 5 minutos (para el que no lo sepa, un suicidio, ruso, o linea, consiste en tocar todas las lineas del campo, empezando desde el fondo. Es decir, fondo, tiro libre, fondo, medio campo, fondo, fondo contrario y fondo para acabar). Se empieza a correr cada vez que pasa un minuto. Es decir, si tardas 30 segundos en hacer el suicidio, tienes 30 segundos para descansar. Parece fácil, pero se va juntando y los dos últimos cuestan. Anyway, aguanté (con un ligero mareo)

Tras esto empezamos con algunos ejercicios con balón y las pulsaciones bajaron. Empecé a recuperar bastante y el resto del entrenamiento (menos el último ejercicio) fue yendo bastante bien. A estas alturas un par de compañeros habían abandonado ya, y uno vomitó (y no fui yo!).

Al final, tras jugar un poco, el último ejercicio antes de acabar. 8 sprines banda a banda en 30 segundos. Matador. Pero, teniendo la certeza de que es lo último, siempre se da el 100%. Así es como se mejora fisicamente.

Tras terminar, estiro un poco (soy el único que lo hago, los demás deben ser superhombres) y vamos todos a la cafetería a comer, porque cierran en media hora. Luego a casa, una ducha, un poco de deberes, y a dormir. No hay ganas de más

SEGUNDO DÍA


La mañana nunca es agradecida, pero hoy mucho menos. Me duele todo el cuerpo, pero que le vamos a hacer. Hay que ir a clase (por suerte, los martes a las 9:30 en vez de a las 8…) y no queda otra. Además a lo mejor me dan la nota de sociología, que ya hay ganas de saber como ha ido mi primer examen en USA. Por desgracia, todavía no tienen las notas, así que nada. La mañana transcurre sin nada especial, hasta que llega la hora de entrenar, otra vez.

El esquema del entrenamiento vuelve a ser el mismo, solo que incrementando un poco la intensidad, y esta vez nadie vomita ni se queda fuera. Todo va bastante normal y empezamos a meter algo de tactica de equipo, relativa a jugar 4 abiertos y 1 dentro. Nada nuevo para mi. Por suerte, comienza a probarme jugando de exterior además de interior. Espero que la tónica siga así porque, pese a que, según ha dicho, vamos a jugar 4-1, siempre es mejor tener la posicion exterior determinada. Por si acaso.

Canadian guys at the caf. Emiliano y Jan, de izquierda a derecha.

Por supuesto, tras entrenar, a la cafetería. A ver si vamos haciendo equipo y nos integramos unos con los otros. Y, aunque la comida diste bastante de ser buena, nos ponemos como gochos, que después del deporte hay que recargar energías. Como dice Emil, sacando bola en sus bíceps, mientras intenta ligar con las trabajadoras cada vez que vamos al Subway: «We gotta feed the machine, baby!» (aunque la suya sea de un par de generaciones superior a la mía jajaja)

TERCER DÍA


El miércoles no puede llamarse condicionamiento ni trabajo físico. Lo siento, pero no. A diferencia de todos los demás días, este el entrenamiento era de mañana, a las 9 más concretamente. A mi no me disgusta ese horario, la verdad. Hay que madrugar, pero luego tienes todo el día libre. Pero lo de madrugar no se lleva mucho por aquí, al parecer (y eso que a mi me encanta dormir). Nos presentamos 7 en el entrenamiento. 7 de 14. 50%. 2 se quedan dormidos, 3 están fuera por lesión, y los otros dos desaparecidos en combate.

Total, el día mas flojo de toda la pretemporada, seguro. Ni siquiera alcanzamos la hora y cuarto de entrenamiento. Frescos como lechugas al acabar. El entrenador se reune con los que se han quedado dormidos, y luego nosotros hablamos con ellos. Sinceramente, creo que esto es lo único que puede jorobar el año, la ausencia de disciplina. Esperemos que se resuelva, porque sería un problema bastante grave quedarnos sin un par de jugadores. Significaría más minutos, es cierto, pero perderíamos potencial y fondo de banquillo, y, al final, lo que cuenta es el equipo.

Aprovechando que teníamos toda la tarde libre, Jan, Emil y yo nos fuimos a Edmundstone Ville, un pueblo/ciudad a 20 minutos de la frontera, pero en Canadá. Al parecer alguien les había dicho que ahí había más tiendas de deporte que en Fort Kent (lo cual no es muy difícil), y como necesitabamos algo de ropa, fuimos para allá.

El trayecto no se nos hizo muy largo, mientras buscábamos emisoras que valiesen la pena en la radio canadiense, y observábamos el paisaje. En la foto no se aprecia muy bien, pero en esta época del año se despliegan unos colores increíbles, parece que esté pintado: Árboles amarillos, rojos, naranjas, marrones, verdes… Un auténtico espectáculo. La verdad es que esta parte de de Canadá y Estados Unidos es muy bonita en lo que a la naturaleza se refiere.

Llegamos a Edmundston y echamos unas fotos, para tener un recuerdo. Emil se ríe de mi; «¿Para que te traes la cámara? No es como si estuviéramos en Montreal, o algo así». Claro, el vive ahí al lado, no a miles de kilómetros.

Edmundston

«You look like a fu***** tourist, bro!» (Pues si, un poquito)

Nos pasamos 20 minutos buscando un footlocker o algo por el estilo, pero no encontramos nada, así que cogemos el coche y nos damos una vuelta por la ciudad.

McDonald’s, Wendy’s, Boston Pizza (aquí terminaremos merendando)… Pocas tiendas.

Un edificio grande llama nuestra atención. Universidad de Moncton, o algo así. «Es pronto todavía, así que ¿por que no vamos a conocer universitarias canadienses?» (Emil, quien si no)

Dicho y hecho, Jan aparca el coche en el parking de la universidad, y nos metemos dentro. Vamos hasta la cafetería, pero no hay ni chicas, ni chicos. La universidad parece estar vacía; eso sí, se nota que es cara, cara de cojones (y grande).

Menudas salas comunes se gastan los canadienses, tú.

Echamos un vistazo por todos y cada uno de los pisos, hacemos un poco el bobo y saludamos solemnemente a los profesores y los compañeros de Universidad, y, una hora después y sin haber encontrado nada interesante, decidimos irnos, no sin antes pasarnos por la biblioteca (lugar en el que, como todo el mundo sabe, se hace de todo menos estudiar. Bueno, venga, algunos vamos a estudiar, no hay que generalizar, pero ya sabeis…). Craso error. La biblioteca cerrada, de reformas. Parece que hemos elegido un mal día para venir de visita.

Así que cogemos el coche y decidimos ir a comer algo de «real food». Boston Pizza y Wendy’s están juntos, pero al final nos decantamos por Boston Pizza. Yo no tengo mucha hambre, así que solo me pido unos Raviolis (que están bastante buenos, por cierto), pero mis dos amigos se meten un menú entero. Pasamos un buen rato y hacemos unas cuantas averigüaciones. Os pongo en antecedentes: Desde hace unos días estoy recibiendo mensajes de texto de gente que no conozco en mi nuevo movil estadounidense. Uno de ellos es de un mujer que me dice que un tal Chris le ha disparado con una pistola de aire comprimido, y que va a pedir una orden de alejamiento. Imaginaos mi cara.

Así que decidimos llamar al número e intentar enterarnos de que es lo que pasa. Pero, sin saber como, acabamos hablando con la mujer e intentando convencerla de que se siente a hablar con Chris que seguro que pueden arreglarlo. Surrealista.

Tras los dos platos de Emil y Jan, llega la hora del postre. Lo mejor, siempre.

Deliciosa

Y llega el momento de pagar. Y es en estos momentos cuando me doy cuenta de que todavía no entiendo el inglés tan bien como me gustaría. Nos traen la factura, y, pese a que ya se que el tema de la propina aquí funciona diferente que en España, hablando con Jan y preguntándole cuánto he de dejar de propina (la factura asciende a 26 dólares), el me responde «Thirty».

¿?¿? Yo, ojiplático, le pregunto que si me está tomando el pelo. Pero el insiste en que no: «You have to pay thirty». Yo empiezo a preocuparme, y a pensar si es normal que tenga que dar mas propina de lo que me cuesta la comida, si en vez de thirty me esta diciendo thirteen (lo cual también me parecería una exageración) o si simplemente me está tomando el pelo.

Tras un poco mas de conversación acalorada, llego a la conclusión de que lo que me está diciendo es que debería pagar 30, pero en total, con la propina incluida. Uf, menudo alivio. Eso ya es bastante más normal, y no dista tanto de lo que se suele dejar en España. Dicho y hecho.

Total, que volvemos a Fort Kent a tiempo para ver el partido de soccer de las chicas de la uni (quienes terminan ganando 6 – 2 o algo así), con 30 dolares menos, un par de kilos más y nada de ropa. Pero nos lo hemos pasado bien.

CUARTO DÍA


Como de costumbre, llego media hora antes al gimnasio. nada nuevo, para calentar juego un poco con Jan, el pivot canadiense, un uno para uno. En una de estas,va a entrar y yo salto para poner el tapón mas grande del siglo, digno de los highlights de la NBA. Pero, cuando estoy sobrevolando los cielos, me doy cuenta de que es solo una finta. El mundo se vuelve del revés cuando siento como pierdo el equilibrio en el aire al caer encima de su espalda, y luego todo se vuelve negro mientras siento algo chocar contra mi cráneo.

Cuando abro los ojos veo a todos los del equipo alrededor de mi, y siento un dolor agudo en la parte derecha de la cabeza. Veo un poco borroso, y estoy tumbado en el suelo. Me llevo la mano al punto del que viene el dolor y me la miro. Sangre. Mierda. La fisio llega y les dice a todos los del equipo que se separen, y comienza a hablarme. Estoy un poco bloqueado, todavía mirándome la mano, pero entiendo lo que me dice. Me pregunta que en que año estamos, y me pide que lea lo que pone en la bandera de la pared. Todo bien, por suerte. No me voy a quedar tonto de esta.

Me levanto con ayuda de la fisio y, aunque temblorosas, las piernas responden. Me llevan a la sala de curas, y me curan la cabeza. No hay grapas ni puntos; me ponen una especie de pegamento. Supongo que saben lo que hacen, así que no me quejo. Además estoy todavía demasiado aturdido como para poder decir algo. Luego, cuando llegue a casa, me daré cuenta de que parezco el de algo pasa con Mary, pero, mientras tanto, cuando terminan de curarme y me doy cuenta de que todo está en su sitio, salgo y me uno al entrenamiento. Todo va bien, pese a mi cabeza, y aunque acabo cansado, acabo contento porque hemos trabajado bien, y no he vuelto a tener dolor de cabeza o algo por el estilo.

Al terminar, voy a la cafeteria corriendo, y vuelvo al gimnasio, ya que me toca trabajar 4 horas (ya os contaré mas sobre mi trabajo pronto!).

Cuando termino, llego a casa, me ducho y me lavo la herida con cuidado, y me acuesto. Es todo lo que me apetece.

QUINTO DÍA

Me levanto a las 9:25. Me duele todo el cuerpo y un poco la cabeza, pero ni he sangrado ni he perdido la memoria ni nada. Así que de lo malo malo, todo va bien. Me visto y me voy corriendo a clase (por suerte está a 15 segundos de la puerta de mi casa). Cuando llego (el último y cuando ya ha empezado, y con una cara de muerto inquientante) la profesora me dice que is me acabo de levantar. Contesto afirmativamente, y toda la clase se ríe. Me encojo de hombros mientras me espatarro en la primera silla que encuentro y cojo aire. Estoy realmente muerto, no voy a volver a saltar al tapón en mi vida (mentira podrida)

La profe de sociología al fin tiene nuestros exámenes corregidos, y nos los da. Dos A’s en toda la clase, nos dice antes de entregárnoslos, y eso que el examen había sido bastante fácil (al menos a mi me lo había parecido). Pero claro, solo 2 sobresalientes en una clase de 20, y no piensas que pueda ser el tuyo. Pues lo era. Uno mío y otro de mi amigo Jan (si, el que casi me mata). El día va mejorando.

biblio

Las visitas diarias a la biblioteca dan sus frutos (En serio!)

Después de sociología tengo inglés, la mejor clase de todas, sin duda. Así que mi ánimo va mejorando, y, al final, cuando llega la hora de entrenar, lo doy todo de nuevo. Y eso que es de lejos el entrenamiento mas duro de toda la semana. 16 lineas de banda en 1 minuto, para terminar. Solo 4 lo terminamos a tiempo, y la cabeza te da vueltas, puedo asegurarlo. Pero sienta taaaan bien cuando recuperas el aire…

Otra vez me toca trabajar, así que aprovecho y cuando no hay mucha gente hago algo de pesas, y termino tirando 100 triples antes de cerrar el gimnasio. Luego me voy a casa, ceno algo ligerito, y para la cama. Mañana empieza el fin de semana, y hay que descansar. Además todavía tengo algún dolorcillo fruto del chichón en la cabeza, y es mejor que me recupere.

A todo esto, empieza a hacer frío. Pero del de verdad. No se si faltará mucho para las nieves… Mañana vuelve a ser lunes, y siguen los entrenamientos. En 14 días empezamos en serio, así que vamos a ver si acabamos de ajustar (o empezamos)

¡Un saludo a todos desde Fort Kent!


Donde todo empieza

Y no es precisamente la canción de Fito (quien, todo sea dicho, me gustaba más en Platero y tú)

El interior es bastante más interesante de lo que el exterior hace presagiar

Donde todo empieza es aquí, en el UMFK Sports Center (o «the gym», como lo llama todo el mundo). Y ¿Qué es lo que empieza? La pretemporada. Olvidaos de las pachangas (sobre todo de la primera en la que vomité). Olvidaos de las sesiones de tiro cuando no hay nadie en el gimnasio. Olvidaos de ir a correr de vez en cuando a las cintas que hay por aquí o de las sesiones por grupos, haciendo drop steps, hook shots, lay ups y jump shots. Eso ya no es nada. Es agua pasada. Han sido 26 días interesantes, de adaptación a otro baloncesto, de conocer a los compañeros. Pero eso se acabó. Porque hoy, día 27 de septiembre, empieza el llamado ‘Pre-season Conditioning’ que, según el calendario dia por día que nos han proporcionado, durará hasta el viernes 8 de octubre.

10 días. No debería estar asustado. He hecho pretemporadas más largas, de casi un mes, y con dobles sesiones, prácticamente a diario; ya sea con la universidad o con el primer equipo del León. Esto son solo 10 días, y 2 horas de entrenamiento diarias, sin doblar ni nada por el estilo.

No debería estar asustado.

Pero, y disculpad la expresión, ¡joder! Todos los del equipo están hablando de los 10 días del infierno. De que estos 10 días se van a limitar a ir a clase, comer bien, ir a entrenar y dormir 8 o 10 horas al día. Que es muy duro y que más de uno no va a poder acabar los entrenamientos, que veremos quien es el que mas aguanta. Y la verdad, no sé que pensar.

Ahora mismo son las 10:23, y quedan 5 horas y 7 minutos para nuestro primer entrenamiento de pretemporada. No tengo nada que hacer hasta esa hora, además de comer e hidratarme (e intentar que sea sano y pronto para evitar problemas intestinales) y escribir esto. Quiero dejar constancia para el futuro, y saber si me he equivocado o no. A ver si las sesiones matadoras con Diego Cuesta de saltos al tablero, circuitos, y demás han servido para algo, o existe una forma peor de castigo para los jugadores (porque sé que los entrenadores disfrutan con el castigo físico. Cada gota de sudor derramada por alguien de su equipo en pretemporada es como cuando Christopher Lambert, en los Inmortales, corta la cabeza a otro de los de su misma especie, lo fortalece y lo hace casi invencible. Lo sé)

¿Lo veis? ¡Disfrutan con el dolor! (Diego Cuesta también andaba por ahí, a propósito)

Pero bueno, poco más se puede hacer. Prometo contaros con pelos y señales como ha ido la primera (y la segunda, y la tercera…) sesión de entrenamiento de pretemporada, si os interesa leerlo.

De cualquier forma, tengo ganas de empezar. De entrenar, de ponerme a tono, de mejorar físicamente y mentalmente, de coger fondo y forma. Porque puede que me esperen 10 días duros de entrenamientos, seguro. No se si tanto como dicen, quizás si, quizás no. Pero no va a ser un paseo por el campo, ninguna pretemporada suele serlo, si alguien ha jugado a baloncesto en serio puede corroborarlo.

Pero es necesaria, es necesaria porque delante de nosotros, y a partir de hoy, se presentan, al menos, 70 sesiones de entrenamiento y, lo que es mas importante, 30 partidos, todo ello condensado en 5 meses, con un solo objetivo, a priori: El Campeonato Nacional.

Esa es la razón por la que estamos aquí, todo el equipo, los 15 jugadores que vamos a conformarlo, y esa es la razón por la cual vamos a entrenar y a darlo todo. Para que nuestra temporada no se acabe en Febrero. Para que nuestra temporada se acabe en Marzo, más concretamente el 15.

Porque si, aquí es Donde todo empieza.

Pero no es donde todo acaba. Al menos, no es nuestra intención. Hoy empezamos un viaje cuyo destino último es la ciudad de Point Lookout, Missouri. Cuyo destino último es el NAIA DII CHAMPIONSHIP. No va a ser fácil. Nadie dijo que lo fuera. El año pasado lo consiguieron por primera vez en la historia de la Universidad… y la vida consiste en superarse. Yo, al menos, voy a intentarlo. Y sé que no soy el único.

Así que voy a ir a comer algo de pasta, un poco de fruta, y lo que haya por la cafetería, y luego echaré una pequeña siesta, antes de dirigirme al gimnasio. Me encanta esta sensación, la que sientes los momentos antes de empezar algo nuevo, algo que tienes muchas ganas de empezar. Es ese tipo de sensación cuyo culmen se experimenta los segundos antes de comenzar el primer partido de temporada, cuando el arbitro se acerca al círculo central, se flexiona, y baja su brazo para darle impulso a la pelota en el salto inicial.

No puedo esperar.


¡Bienvenidos al norte!

Bienvenidos, bienvenidos al norte de Estados Unidos, a uno de los puntos más al norte de todo el país (sin contar Alaska); tan al norte que hace frontera con Canadá. Bienvenidos a la ciudad de Fort Kent, Maine.

Al leer estas líneas cualquiera podría pensar que estamos ante un blog de viajes, y, bueno, puede que lo sea, al menos en parte. Pero tengo la intención de que sea un blog sobre baloncesto, por que… ¿Qué hace Pablo Llamas, jugador de baloncesto leonés, en un sitio tan alejado de su casa? Jugar a baloncesto. También vivir una experiencia, estudiar, y aprender inglés, claro está; pero el baloncesto ha sido la razón principal.

El hecho es que ahora mismo, mientras  escribo estas líneas, estamos a 21 de septiembre de 2010. Hace exactamente 21 días que llegue a Fort Kent, y, aunque se supone que esto debería estar escrito desde el día 15, más o menos, espero que todo el mundo sepa entender que los primeros días fuera de casa siempre son bastante atareados. En fin, que entre una cosa y otra, uno nunca tiene tiempo suficiente para hacer todo lo que quiere.

Así que, si me dejais, haré memoria y os diré cómo llegue aquí:

VIAJE

Tomé un vuelo desde Madrid hasta Philadelphia que duró practicamente 9 horas. Por si no lo sabeis, la diferencia horaria de la costa este estadounidense respecto a España es de 6 horas menos. Por lo tanto, cuando aterricé en el aeropuerto, habian pasado 9 horas reales, pero era como si mi viaje hubiera durado solo tres, lo cual deja algo tocado el reloj biológico de cada uno (y, mas el mio, que es bastante vago, todo sea dicho).
En el aeropuerto de Philadelphia tenía que esperar 5 horas y media para coger mi siguiente vuelo hasta Bangor, ya en el estado de Maine. Estaba bastante cansado, pero el tiempo se me pasó volando curioseando en las tiendas, observando a la gente, y viendo la ciudad de filadelfia a través de las cristaleras. No es la primera vez que cruzo el charco, pero uno nunca se acostumbra a esto (aunque quizas despues de un año si que lo haga), es taaan diferente!

Así que, cuando me quise dar cuenta ya era la hora de coger el avión (uno de esos pequeñitos, con 4 asientos por fila). Por suerte, este viaje iba a durar bastante menos, tan solo 2 horas, y, además, no tendría que hacer ningún reajuste horario biológico (yeah, mi cuerpo lo agradece!). Me senté, apoyé la cabeza en el asiento de adelante, y me despertó el tren de aterrizaje golpeando contra la pista, ya en Bangor. Definitivamente esa noche iba a dormir bien (o eso pensaba…)

Cuando cogí mi maleta, me encontré con Big Show, un ex-jugador de la universidad que venía a recogerme y a llevarme al hotel en el que iba a pasar la noche, junto con otro de los nuevos jugadores. Primeras conversaciones largas en inglés; resultado: me defiendo bastante bien; realmente me siento orgulloso «Ey chavales, la LOGSE funciona!», pienso. Me dice que me llevará al hotel, y que a las 6 del proximo día pasará a recogernos a Darryl y a mi para llevarnos a la estación de bus, desde la cual partiremos hacia fort Kent (al fin! Ah, Darryl es mi otro compañero; viene desde detroit en bus… 16 horas!)

Así que llegamos al hotel y subimos a la habitación. Deben ser sobre las 11 de la noche, y yo estoy muy cansado, así que después de conectarme un poco a internet, me acuesto. Darryl deja la tele encendida toda la noche, no me pregunteis porque, así que me duermo arrullado por las divertidas desventuras de Al Bundy y su mujer (eso si, en inglés).

Me levanto a las 6 y cuarto de la mañana. Darryl sigue dormido. Yo no tengo llamadas en el móvil de Big Show. «Aquí pasa algo», pienso. Me conecto un rato, y Darryl se despierta. Hablamos un poco, y no me dice nada del coche ni de ir a la estación de buses. Quizá la LOGSE no funciona, al fin y al cabo. Al parecer el bus sale a las 6, pero de la tarde. Nota mental: «Preguntar si algo no te queda claro».

Me vuelvo a dormir, porque estoy realmente cansado, con la sensación de haber hecho el tonto a little bit. Y lo que me queda.

Nuestro Motel en Bangor (con piscina)

Darryl me despierta a las 11, y me dice que si vamos a desayunar. Me parece bien… Así que bajamos y nos metemos un desayuno al estilo americano, con buffet libre: Gofres, sirope, huevos, tres o cuatro cosas que no se identificar, leche con cereales y varias cosas más. ¡Ah!, y el periódico, claro.

Mientras desayunamos mantenemos una conversación (con el margen de maniobra que mi inglés de la LOGSE me permite) sobre LeBron James y Kobe Bryant. Llegamos a la conclusión de que el va a seguir prefiriendo a Kobe y yo a LeBron, pero bueno, a ver si por lo menos cojo soltura con el idioma.
Al fin, llega Big Show con su 4×4 y nos lleva a la estación. Pero esto a las 2 de la tarde. ¡Y el bus sale a las 6!

Así que decido dejar mis maletas al cuidado de Darryl (hay que confiar en los compañeros de equipo, eso siempre) y darme una vuelta por Bangor, para ver que se cuece. Eso si, no demasiado lejos porque tampoco quiero perderme en mi segundo día en América. Solo un poquillo por la calle principal, un par de tiendas, y vuelta a la estación.Y si puedo, de paso, echo un par de fotos.

El downtown de Bangor

Mientras doy una vuelta me acuerdo de algo que aprendí la última vez (y primera) que estuve en los Estados Unidos, y que casi se me había olvidado: Los coches son todos buenos. De gama alta. O como se diga, porque no se mucho de coches; pero lo que quiero decir es que nunca vas a ver un Opel Corsa, o un Ibiza, o alguno de esos coches pequeñitos, tipo Golf. Todavía no he visto un coche que no sea 5 puertas, y creo que seguiré sin verlo. Eso sino son casi todos todoterrenos con la pintura brillante y sus ruedas gigantes. Es increíble; y todo el mundo tiene uno.

Otra cosa que me viene a la cabeza es sobre la comida, snacks, y todo lo relativo a cosas que se ingieren: Aquí todo es más grande que en España. Tienen bolsas de Doritos del tamaño de dos de las grandes nuestras, y, además, practicamente llenas hasta arriba.

No quiero aburrir con más detalles, pero el caso es que, además de mi pequeño paseo por los alrededores de la estación de bus, esperamos 4 horas allí, y otras 6 en el bus hasta llegar a Fort Kent. Y en coche se tarda la mitad. Es peor que ir a Madrid con un regional de Alsa, y, además, es más caro. Paramos en 10 o 15 pueblos en nuestro camino a la frontera canadiense, amén de 2 o 3 paradas de 20 minutos cada una para que los dos conductores «repostasen». A todo esto, en una de las paradas, un policía se subió al bus y me pidió los papeles. Estuvo alrededor de un cuarto de hora comprobándolos en su coche, hasta que me los devolvió. Es una sensación rara, aunque sepas que todo está en regla, cuando ves que tardan y tardan… Y piensas «Joder, ¡a ver si me van a haber confundido con algún fugitivo!» Pero nada, al final todo va bien (al menos hasta el momento)

Cuando al fin llegamos a Fort Kent en la estación (que consiste en aparcar delante de la gasolinera/24 horas del pueblo) nos espera quien va a ser mi compañero de piso durante, al menos, el primer semestre: Devon Speaks, un buen tipo. Me lleva a la casa, me explica como funciona todo, y me deja dormir. Al dia siguiente tenemos orientación estudiantil, así que mejor que descanse después del viaje. Buenas noches, Fort Kent. Vamos a tener bastante tiempo para conocernos.

Foto del campus atardeciendo

ORIENTACION

La alarma del móvil me despierta a las 7 y media, con tiempo suficiente para prepararme. A las 8 menos cuarto, Devon entra por la puerta y me lleva hacia el campus. Habla con todos, les explica quien soy, y me deja perfectamente colocado antes de irse.
Al parecer, se ha corrido la voz de que hay un español en el campus, y todos los profesores saben mi nombre. Curioso.

El caso es que me pongo una pegatina en el pecho con mi nombre, me siento en una silla en la sala de conferencias, y asisto a una charla de hora y media en la que lo único que me queda claro es que estoy en Fort Kent y que esto mola mucho. En cuanto se acaba, me escapo un par de presentaciones y me voy hasta el gimnasio, a conocer al entrenador y el sitio donde voy a pasar unas cuantas horas diarias todo el año.

Hablo con Eric Wertgen, mi entrenador, y me enseña un poco las instalaciones: Típicas de película americana. Gimnasio con pesas, fuentes por todos los lados, algun cartel motivador… Todo muy buena pinta, la verdad. Esto me va a gustar. Hoy a las 3 va a haber pachanga con los del equipo, pero no puedo ir, ya que tengo que arreglar todavía unos cuantos papeles y me llevará bastante tiempo. Mi segundo día en los States llega a su fin. Mañana es miércoles y no tengo clases en todo el día, así que promete.

PRIMERA PACHANGA

Aprovechando que estoy libre me quedo remoloneando en la cama hasta las 10, más o menos. El Jet Lag, ya sabeis… Tiene que ser un proceso de adaptación lento y progresivo, recuperar todas las horas de sueño. No es que me guste dormir; TENGO que hacerlo (venga vaaaa también me gusta. Mucho)

Voy a comer por primera vez al comedor de la uni. Lo esperado. Pizzas, hamburguesas… Pero también ensaladas, y bastante fruta. ¡Opciones variadas y sanas para toda la familia! Aunque creo que me quedaré con las pizzas y las hamburguesas (mamá, si lees esto es broma; como sano)

A las 3 menos cuarto llego al gimnasio y me cambio. Ya están todos vestidos, tirando, corriendo y saltando. Me meto y hacemos los equipos.
Durante una hora y media tiene lugar el baloncesto mas caótico y rápido que he visto en la vida. Toco la bola 5 veces y tiro a canasta 2 o 3. Acabo echando el higado (literalmente, vomité; las pizzas y las hamburguesas, supongo. Nadie se dio cuenta… fuiiiiu) y un poco asqueado por el nulo juego en equipo que se practica, pero que se le va a hacer. Nadie dijo que fuera fácil. Hay un gran nivel, al menos a primera vista, y eso solo puede ser bueno en todos los aspectos: a nivel de competitividad del equipo de cara a los contrincantes en la liga, y a nivel de competitividad individual; si quieres jugar, vas a tener que esforzarte y mejorar, fisica y tecnicamente.

Llego a casa, me doy una ducha, y me acuesto. Me duele toooodo el cuerpo.

SEGUNDA PACHANGA Y PRIMERAS CLASES

Me levanto a las 7 y cuarto (hacía que no me levantaba a esta hora para ir a clase como 6 años; no bromeo) y me doy una ducha y me preparo. Por suerte para mi, el piso donde vivo está a 3 minutos del campus, así que puedo remolonear un poco en la cama. Tengo clase de matemáticas (volviendo al pasado de nuevo; tres años sin hacer una cuenta en clase). Estoy haciendo la carrera de filología inglesa, pero aquí la universidad es bastante diferente a España; tienes que hacer un número de asignaturas básicas de cada uno de las ramas de la ciencia, además de tu especialización: este semestre tendré Matemáticas, Antropología, Sociología e Inglés (composition I); va a estar divertido.

Las primeras dos clases van bien, y, para mi propia sorpresa, salgo bastante más animado de matemáticas que de antropología. Aunque todavía me cuesta ya voy entendiendo muchas cosas y siguiendo el hilo de las conversaciones. Poco a poco.

Voy a comer, me ponen la vacuna del tetanos (al parecer en mi cartilla de vacunación faltaba una vacuna de 2005; gracias a la sanidad española me va a doler el brazo durante 4 días), echo una siesta, y voy a por la segunda pachanga. La verdad es que tengo bastantes ganas, y me apetece demostrar que puedo servir para algo mas que para dar asistencias.

Por suerte, esta vez me involucro más (y chupo más, porque no decirlo. Hasta me tiro un par de triples que no vienen a cuento; allí donde fueres…) y mi equipo gana un par de partidos. La bola llega a mis manos en casi todos los ataques, tiro bastantes veces a canasta y me esfuerzo en defensa. Aún así hay muy buenos tiradores y todos tienen unos grandes físicos, pero, cuando hora y media después, la pachanga termina, estoy con otro ánimo y otra cara: me lo he pasado realmente bien, hemos competido y, si logramos tener una buena química y pasar mas el balón, creo que podemos realizar una buena temporada. Desde luego, hay mimbres para ello. El año pasado el equipo llegó al Campeonato Nacional de la DII de la NAIA (una liga para universidades mas pequeñas que las que compiten en la NCAA), y este año se habla de repetir, y, porque no, mejorar los resultados. Desde luego, yo voy a trabajar para conseguirlo.

SIGUIENTES DÍAS

Y, la cosa ha seguido su cauce, poco a poco, despacito pero con buena letra: Empiezo a tener un buen par de amigos dentro del equipo, que me llevan de fiesta, me meten en la sociedad y me ayudan con las clases, los entrenamientos se suceden y ya me siento practicamente como uno más dentro del equipo, adaptado casi totalmente al baloncesto americano (menos cuando entro a canasta, me dan cuatro leches bien dadas, me tiran al suelo, y cuando me levanto ya están todos atacando en la otra canasta. EEUU = Tapón limpio. En europa eso habría sido antideportiva, por lo menos) No está mal visto que te tires triples en carrera cuando atacas y tienes un contrataque de 3 contra 1, se meten muchas manos y se pitan muy pocas faltas.

De cualquier forma, tengo entendido que esto es solo durante las pachangas. Algunos os preguntareis ¿Por qué tanta pachanga y tan poco entrenamiento? Bien, aquí la cosa va diferente. No se puede empezar a entrenar como un equipo hasta el 26 de septiembre. Esto significa que podemos jugar pachangas, partidos, y lo que queramos, siempre que el entrenador no esté presente dirigiéndonos o cualquier cosa. Y también significa que podemos entrenar con los diferentes entrenadores que tenemos, pero de forma grupal, es decir, por posiciones. Esto es lo que llevamos haciendo durante las 2 últimas semanas, y yo estoy en el grupo de los «Grandes». Soy el tercero más alto del equipo, y, aunque en principio vaya a jugar de 3-4, no va a haber problema en que juegue como 4 abierto. Eso espero.

Además, el día 8, nos reunimos todo el equipo para que nos presentasen el plan de pesas que vamos a tener durante la pretemporada. Es bastante intenso, aunque en principio son 3 días a la semana. Yo lo estoy haciendo 4, porque soy consciente de que estoy un paso (o dos, jaja) por detrás en lo que a físico se refiere, y no quiero quedarme rezagado.

Así que poco a poco van transcurriendo mis primeros 21 días en Fort Kent. ¿Qué más decir? La biblioteca está abierta hasta las 11, el pueblo es muy tranquilo y se puede pasear por las noches (cosa que hago con bastante asiduidad, porque se está genial y hay que aprovechar antes de que empiece a nevar) y tenemos cine a un dolar todos los domingos (¡Con palomitas gratis!)

Espero que esta pequeña introducción no os haya parecido muy pesada, y que al menos podais haceros una idea de como son las cosas por aquí. Quiero darle las gracias a Hector de Basketleon por la paciencia y por proponérmelo, y poco más que decir a todos los que me esteis leyendo. Espero volver a escribir pronto, cuando hayamos comenzado a entrenar, e ir contandoos todo lo interesante que vaya pasando por el norte. Tengo pensado presentar un poco el pabellón y quizás a algunos componentes del equipo, así como hablar un poco de la conferencia en la que jugamos mas a fondo. Pero será en la próxima entrada. ¡Espero vuestras preguntas!

!Bienvenidos al norte, bienvenidos a la Universidad de Fort Kent!